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Mikal Bridges, el récord más inhumano de la NBA: "Sales, haces falta y te vas"

Mikal Bridges, el récord más inhumano de la NBA: "Sales, haces falta y te vas"

Una conversación cualquiera en el vestuario de los Nets post Irving y Durant entre su entrenador, Jacque Vaughn, y la tan nueva como inesperada estrella del equipo, Mikal Bridges, antes de un atractivo Brooklyn Nets – Philadelphia 76ers, que acabó con triunfo de ‘Philly’ (95-134) con 46 puntos para Cam Thomas (Nets) en lo que fue un ensayo de cara a la primera ronda de playoffs, que enfrentará a ambos equipos. 

-Mira Mikal, básicamente vas a entrar al partido, vas a cometer falta y te saco, ¿ok?-, le dice el ‘coach’, con ese poder de convicción con el que se camela a cualquiera, ni el indomable Irving pudiendo resistirse a él.  

Y Bridges dice amén. Ganan los Sixers el salto y él se abalanza sobre Shake Milton para cometer falta. Bridges obedece. Cuatro ridículos segundos ha tardado. Tan diligente siempre él, anda que no se da prisa para cumplir órdenes.

Hace ya dos meses que el lujo se esfumó en uno de los dos templos de baloncesto de la Gran Manzana con la huida de Kyrie Irving y Kevin Durant. El mayor lujo -y más placentero aún-, para los Nets se encuentra en estos pequeños momentos, los que dicen que hacen la felicidad.

Y como ese equipo del que todos se compadecían en febrero llega a la última jornada de temporada regular en el estado que nadie esperaba -clasificados para playoffs-, se pueden permitir licencias como esa, dar nada más que 4 segundos a tu mejor jugador para que celebre un récord que hacía casi 10 años que no se veía en la NBA, el de 83 encuentros disputados en una misma campaña regular, establecido por Josh Smith entre Pistons y Rockets en el curso 14-15. Un motivo más para que se hable del infinito Bridges.

“Es una locura, es salvaje. Pero bonito al mismo tiempo”


Mikal Bridges 

Porque la del ex de los Suns es una de las más bonitas e inspiradoras historias esta temporada de la NBA. Arrancado a la fuerza de Phoenix en el traspaso de Kevin Durant -el conjunto de Colorado hizo todo lo posible para que no se fuera-, la ciudad que nunca duerme ha ido a despertar a una estrella dormida, ha puesto en primer plano el verdadero Ironman de la NBA, un término tan manoseado pero al que nadie hace tanta justicia como él. 

Un espécimen inmune a la fatiga, a las lesiones, a prueba de todo: jamás se ha perdido un solo partido en la mejor liga del mundo. Pero ninguno ninguno.



En una época en la que se discute el largo calendario de la NBA, Bridges, con su perenne sonrisa, se ríe todo lo que quiere de eso que llaman ‘load management’ –‘gestión de carga’, el término con el que se conoce el descanso de los jugadores por la acumulación de partidos-, encadenado ya la inverosímil cantidad de ¡392! choques consecutivos disputados.

Es el mayor número de encuentros jugados por cualquier jugador en activo, muy por encima además del siguiente jugador en la lista, Kevon Looney, con 192. Nacidos ambos en el mismo año (1996). Lo jugó todo en College -116 encuentros según la cuenta de Twitter NBA World-. El tiempo que hace que no se pierde un partido es para frotarse los ojos una y otra vez: ¡9 años! El último, en High School y por enfermedad. El tipo no perdona ni una. “Es una locura, es salvaje. Pero bonito al mismo tiempo”, reconoce. 

Bridges, junto a Paul y Booker en su etapa en los Suns

Getty Images

Pero Brooklyn ha contemplado también el destape de un salvaje anotador. Contenido en por su preciso y fiel servicio a Chris Paul y Devin Booker en Phoenix -donde tenía más fama en defensa que en ataque-, Mikal Bridges ha pasado de promediar 17 a 27 puntos, con un tiempo además inferior en pista, 35 minutos frente a los 36 que venía jugando en el conjunto de Arizona. 

Pero no es esa la cifra más estremecedora: en sólo dos meses ha quintuplicado la cifra de partidos de 30 o más puntos con los Suns en cuatro años y media, sólo 2 con Phoenix y hasta 10 con los Nets, incluyendo tres encuentros de 40 o más tantos, alcanzando su récord con los 45 que registró en febrero frente a los Heat, una de las mejores defensas de la liga para añadir todavía más mérito a lo del alero. Además de inagotable, es un astuto ladrón de ideas. ‘Demasiado’ y ‘demasiado’ rápido ha aprendido de los mejores.

“Aprendí mucho de Devin Booker y Chris Paul”


Mikal Bridges

“Sólo intento llegar a la línea, sólo intento ser agresivo. Y sólo eso ya es mucho. Vengo de Phoenix, de ver mucho y estar ahí mucho con ‘Book’ y CP3 y cómo ellos provocan faltas, aprendí mucho. He aprendido mucho de defender a jugadores top y sacar faltas tontas sólo porque ellos son inteligentes y me dan un ángulo y me dejan que les haga falta. Es sólo aprender. Pero sí, es poner énfasis en intentar ser agresivo. Cuando llegas a la pintura o a la línea cosas buenas van a pasar, abren el juego”, explicó Bridges en declaraciones recogidas por el New York Post.

“Él es un ganador. Así es simplemente como le describo al final del día”, destacó Vaughn sobre Bridges en declaraciones recogidas por el New York Post. Pero el estrellato no ha hecho abandonar para nada al alero de Philadelphia sus orígenes como advierte el técnico. “Realmente le importa lo que es mejor para el grupo, sea defender o anotar. Ha crecido para ser un líder en nuestro equipo. Aprende a cómo tener el defensor rival número 1 sobre él y a cómo defender al número 1 en el otro lado de la pista, lo cual es distinto”, resalta Jacque Vaughn.

Convertido sólo Bridges en el jugador número 42 de toda la historia de la NBA que juega más de 82 partidos, el récord absoluto de más encuentros en una sola campaña sigue en manos de Walt Bellamy con 88 (curso 68-69). Si hay un elegido para derribarlo ese es Mikal Bridges, el que lleva tantos años con la lengua fuera, pero no por cansancio sino por lo que se ríe por no saber todavía qué es eso de estar cansado o lesionado. Se fue haciendo poco a poco en Phoenix. Su rodaje, como Ironman, en el Este de Estados Unidos. El taquillazo, en Nueva York.




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