Mike Brown no tuvo que hacer las maletas para viajar desde San Francisco a Sacramento, un viaje de carretera de unos 150 kilómetros que se cubren en una hora y media. Un día después de celebrar con los Warriors el anillo de la NBA, su tercero como asistente de la franquicia en seis años, el técnico fue presentado como nuevo entrenador de los Kings en un proyecto que tiene como número dos en los banquillos al catalán Jordi Fernández.
“Espero no meterme en problemas por decir esto, pero no pude celebrar como quise por culpa de esta condenada rueda de prensa”, espetó el preparador para romper el hielo con los periodistas. Hubo risas, muchas más de lo habitual, en un recinto más acostumbrado a las comparecencias sobrias tras 16 años de sequía sin pisar unos playoffs. Brown, después de dos etapas con los Cleveland Cavaliers y una breve oportunidad con Los Angeles Lakers, abre su cuarto período como máximo responsable de un banquillo en la NBA.
“Creo que el potencial aquí es enorme, y me entusiasma pensar en ello… Estoy contento con los jugadores que tenemos, y este sitio puede explotar, hay muchas oportunidades y quiero ser parte de ello”, aseguró el técnico.
La sequía de playoffs dura desde 2006, y el balance de 30 victorias y 52 derrotas hace pensar que este equipo solo tiene un camino posible por delante: ir hacia arriba en la tabla. “Vengo aquí a ganar, vamos a abrazar el reto que tenemos por delante”, aseguró un Brown que aceptó la misión de reflotar a la franquicia mientras los Warriors jugaban las semifinales de conferencia contra los Grizzlies.
Además de Fernández, vecino de Badalona y exayudante de los Denver Nuggets de Michael Malone, Brown desveló durante la presentación la mayoría de miembros de su cuerpo técnico: Jay Triano, de los Charlotte Hornets; Luke Loucks, de los Phoenix Suns; y Doug Christie, un destacado miembro de los Kings como jugador entre el 2000 y el 2005.
Para Brown, una de las prioridades de la nueva etapa en Sacramento será mejorar ostensiblemente el juego en defensa. Para él, no se trata de nombres sino de voluntad. Como prueba puso a los Warriors, de quien nadie destacaba su proeza defensiva hasta que fueron el segundo equipo más eficiente atrás con nombres como Stephen Curry, Andrew Wiggins y Otto Porter Jr. en liza. “Podría decir el nombre de todos mis jugadores allí, y la gente pensaba que no podían defender, pero de alguna manera fuimos la segunda mejor defensa de la liga”, ejemplificó el técnico.
El entrenador llegó a decir que el dúo formado por De’Aaron Fox y Domantas Sabonis está entre los tres mejores de la liga ahora mismo, y apuntó que el número cuatro del draft de 2022 puede sumar otra valiosa pieza a un proyecto con jugadores de nivel como Davion Mitchell, Harrison Barnes y Richaun Holmes.
El sueño de Jordi Fernández
Antes de conocerse su fichaje por el proyecto, Jordi Fernández valoró así para MD la incorporación de Brown a los Kings: “Estoy muy contento por él. Nuestra relación personal y profesional es muy buena, y yo no estaría aquí sin él. Cuando tenga todo establecido y termine la temporada con Golden State veremos. No hay nada concreto, pero todos pensamos en crecer profesionalmente”.
El técnico de Badalona, de 39 años, conoció a Brown en 2009 a través de Impact Basketball, un programa de entrenamiento que reúne a profesionales, jugadores universitarios y colegiales. Así llegó el catalán a Estados Unidos y allí se topó con el entrenador de LeBron James, que había acompañado a su hijo, el jugador más joven de todo el campus. Los días viendo cómo se manejaba Fernández con su chaval convencieron a Brown de que merecía la pena apostar por él, así que le convenció para que se estableciera definitivamente en Ohio y fuera entrenador personal de su hijo y de su equipo de AAU.
Poco después, Fernández logró entrar en el cuerpo técnico de Cleveland tras asistir como observador durante su etapa como entrenador de Elijah, el hijo de Brown. Empezó así su aventura en la NBA trabajando cuatro años como entrenador de desarrollo de jugadores en los Cavaliers entre 2009 y 2013. Posteriormente, ejerció como asistente de la G-League con los Cleveland Charge en la temporada 2013-2014, donde fue ascendido a entrenador jefe de los Charge entre 2014 y 2016, acumulando un balance de 62 victorias y 38 derrotas. Desde 2016, Fernández fue ayudante de Michael Malone en los Denver Nuggets.