Mike Pence ríe mientras Donald Trump blande un bate de béisbol, en julio de 2017 en la Casa Blanca.Carlos Barria (Reuters)
Mike Pence, ex vicepresidente de EE UU bajo la Administración de Donald Trump, ha dado este domingo su versión sobre el asalto al Capitolio en enero de 2021 por una horda de seguidores de aquel enfocando al papel que Trump desempeñó en la acción. “Las palabras del presidente ese día en el mitin [previo al asalto] fueron imprudentes, está claro que decidió ser parte del problema. Me pusieron en peligro a mí y a mi familia y a todos los que estaban en el Capitolio”, ha declarado Pence, cuyo nombre suena como probable candidato presidencial en 2024, en una entrevista concedida a la cadena de televisión ABC News.
Pence dijo que se sintió especialmente molesto por un tuit de Trump publicado mientras se desarrollaba la insurrección. En el mensaje, el expresidente le acusaba de “no haber tenido el valor de hacer lo que debería haber hecho” después de que su subordinado rechazara las presiones para no certificar la victoria electoral Joe Biden en 2020, el acto habitualmente formal, de puro trámite, que Pence estaba supervisando en el interior del Capitolio cuando los alzados vandalizaron el edificio. Con esas palabras, Trump convirtió en diana de la horda a su número dos, que como otros congresistas, tanto demócratas como republicanos, tuvo que encerrarse en un búnker del Capitolio. Participantes en la turba jalearon su avance al grito de “Colguemos a Mike Pence”. Un grito de guerra que el magnate no ha desautorizado ni siquiera después de lo sucedido.
“Me dirigí a mi hija, que estaba cerca, y le dije: ‘No hace falta valor para violar la ley. Lo que se necesita para defender la ley es valor”, contó Pence, que publicará el martes sus memorias So Help Me God (Que Dios me ayude), la frase ritual del juramento de un cargo público sobre la Constitución de EE UU. Se trata de la primera entrevista que el ex vicepresidente republicano concede desde la insurrección.
En la grabación, en el domicilio de Pence en Indiana, el entrevistador le preguntó, sin demasiada suerte, sobre la posible carrera presidencial de Trump, si él mismo se presentará como candidato, si la influencia del magnate en el partido perjudicó a los republicanos en las elecciones de medio mandato y sobre la sustracción de documentos clasificados por parte de este cuando dejó la Casa Blanca. Desde que abandonó el poder, el mensaje público de Pence ha sido defender sin fisuras los logros de su Administración y a la vez tomar distancia de Trump.
La aparición televisiva de Pence, en plena resaca de unas elecciones no tan positivas para los republicanos como estos esperaban -no han logrado el control del Senado, y el de la Cámara previsiblemente será más sucinto de lo previsto-, contrasta con su negativa a declarar ante el comité del Congreso que investiga el intento de golpe de Estado de enero de 2021.
El hecho de que su nombre figure entre los que se barajan como posibles candidatos republicanos a las elecciones de 2024 añade interés a una entrevista que no descubrió nada nuevo y que sus críticos tildan de oportunista, un ejercicio de cálculo propagandístico, mientras los observadores la analizan con detalle como un posible termómetro de la correlación de fuerzas en el seno del partido y, sobre todo, del malestar existente sobre los resultados en las urnas. En suma, la fase en que se encuentra la batalla por el alma del Partido Republicano.
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