Miles de personas se acercaron este sábado hasta la Casa de los Sindicatos de Moscú para darle su último adiós al último líder de la Unión Soviética, Mijail Gorbáchov, en un acto que contó con la presencia de diplomáticos occidentales y al que no acudió el presidente Vladimir Putin.
El Kremlin afirmó que el acto contaría con parte del simbolismo asociado a un funeral de Estado, pero en estos últimos días fueron contados los gestos oficiales hacia a figura de Gorbachov. Sin luto nacional, Putin se limitó el miércoles a depositar un ramo de flores en el féretro del exdirigente soviético. El Kremlin alegó problemas de agenda para no asistir a los actos de este sábado.
La Fundación Gorbachov había informado de que el acto de este domingo sería abierto al público y miles de personas respondieron a la llamada, con largas colas en las inmediaciones de la Casa de los Sindicatos para intentar acceder a la sala donde reposaban los restos del antiguo mandatario, según The Moscow Times. El féretro del último líder soviético estuvo acompañado por su hija Irina y por sus dos nietas.
Por parte de la cúpula política rusa, la presencia más representativa fue la del vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dimitri Medvedev. También acudieron los embajadores de varios países occidentales, entre ellos los de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, según la agencia Interfax.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, fue el único jefe de Gobierno europeo en hacer acto de presencia, aunque desde el Kremlin el portavoz, Dimitri Peskov, se apresuró a aclarar que no hay en agenda ningún encuentro con Putin, informa TASS.
Las ceremonias prosiguieron con el entierro de Gorbachov en el cementerio moscovita de Novodévichi, donde el último líder soviético yacerá junto a su mujer, Raisa, muerta de cáncer en 1999. El féretro fue enterrado al son de una banda militar que tocó el himno nacional ruso y con una salva de artillería.
Uno de los asistentes, un joven entrevistado por la televisión alemana ARD, ha explicado que no se habría enterado de la ceremonia si no lo hubiese buscado él por iniciativa propia y ha apuntó que se intentó que fuera una ceremonia modesta a propósito.
“He venido por accidente, pero es muy importante porque no solo estamos diciendo adiós a este líder, sino también a la esperanza de una Rusia libre. Esta esperanza ha desaparecido, pero no con él, sino probablemente mucho antes”, relató otro hombre.
Gorbachov, fundador entre otras personalidades del periódico independiente ‘Novaya Gazeta’, había criticado recientemente la falta de libertades bajo el gobierno de Putin.
Gorbachov falleció el 30 de agosto en un hospital de la capital rusa y, desde entonces, ha quedado de manifiesto la disparidad entre el recuerdo que guardan de él los gobiernos occidentales, que le agradecen su papel en el fin de la Guerra Fría, y la frialdad demostrada en su propio país.
Entre la ciudadanía rusa sigue cundiendo cierto malestar hacia una figura que asocian al fin de una época de esplendor y la tibieza del actual Gobierno, concentrado en justificar a toda costa su actual aventura bélica en Ucrania, así lo demuestra.
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