Miles de personas protestaron el sábado en Tel Aviv y otros puntos de Israel para exigir al Gobierno israelí que alcance un acuerdo para la liberación de los rehenes en Gaza y pedir la renuncia de Benjamín Netanyahu en un momento de críticas cada vez más abiertas a su gestión de la guerra.
Según el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos, decenas de miles de movilizados salieron a respaldar como ya es habitual cada sábado a los parientes de los cautivos en un acto en el centro de Tel Aviv, donde aseguraron que “se ha acabado el tiempo es hora de un acuerdo”, tras 106 días capturados por Hamás en la Franja desde que estalló la guerra el pasado 7 de octubre.
A su vez, hubo manifestaciones en lugares como Jerusalén o la localidad de Cesaria, donde Netanyahu tiene una residencia privada ante la que familiares de los rehenes acamparon y protestaron desde ayer pidiendo al primer ministro un cambio de política en Gaza que implique un pacto para la libertad de sus seres queridos.
Además, muchos manifestantes exigieron también la convocatoria de elecciones, ante la pérdida de confianza entre parte de población con la gestión del Ejecutivo israelí, mientras la guerra con Hamás en Gaza se prolonga y parece haber más voces que critican la gestión del conflicto.
“El gobierno que nos abandonó el 7 de octubre sigue abandonándonos todos los días desde entonces: a los evacuados de las fronteras norte y sur, a las familias de las víctimas, a los reservistas, a los rehenes”, dijo Noam Alon, cuyo hermano, un soldado, murió al intentar despejar una ciudad israelí de hombres armados de Hamás.
“En nuestras manos está el poder de cambiar y reparar”, dijo desde el escenario. “Este gobierno tiene que irse a casa. Ahora”.
Y la multitud le respondió gritando: “¡Ahora! ¡Ahora!”.
Entre los críticos a Netanyahu hay muchos que consideran que el primer ministro quiere alargar la guerra para su propia supervivencia política y evitar un escrutinio a fondo por no haber anticipado el ataque de Hamás del 7 de octubre que hizo iniciar la guerra y derivó en unos 1.200 muertos en Israel y 240 rehenes llevados a Gaza.
De estos, 110 han sido liberados, la mayoría durante una tregua de una semana a finales de noviembre entre Israel y Hamás.
Con todo, el malestar de las familias de los rehenes con Netanyahu aumenta mientras este insiste en que la vía de la presión militar es la adecuada para conseguir su liberación, pero esto no convence a muchos sectores mientras ven como se ha ido anunciando la muerte de parte de los cautivos, tres de ellos incluso muertos por disparos por error del Ejército israelí en diciembre.
Desde el inicio de la guerra, el Gobierno israelí se marcó como prioridades erradicar por completo a Hamás de Gaza y liberar a los cautivos. Sin embargo, según fuentes de altos cargos del Ejército citados hoy por el diario The New York Times, ambos objetivos a la vez no son compatibles, y si se sigue la ofensiva en Gaza con esta intensidad probablemente acabe con la vida de los cautivos.
(Con información de EFE y Reuters)
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