Cuando todo parecía en contra, apareció la pizarra de Budenholzer. Sí, la de ese entrenador que no sabía ajustar, que era incapaz de improvisar y que jamás ganaría algo con el viento en contra. Los Milwaukee
Bucks se han colocado a un triunfo del anillo de campeones de la NBA.
Cuando la eliminatoria por el título comenzó con 2-0 favorable a los Suns, todos se echaron encima del entrenador de Milwaukee. No se podía parar a Booker ni a Paul, Antetosistema no funcionaba y los demás jugadores eran incapaces de aportar. ¿Qué podían hacer?
El primer gran cambio fue Jrue. Su defensa sobre Chris Paul marcó un antes y un después en la serie. CP3 no ha vuelto a ser el mismo y es el gran señalado de los Suns en las derrotas de su equipo.
Además, Bud ha conseguido recuperar la mejor versión de Khris Middleton. Lo ha hecho abriendo el campo, generando espacios y, sobre todo, acercando a Giannis Antetokounmpo al aro.
El griego está jugando de “falso cinco” más que nunca. Lo hace en detrimento de Brook Lopez, que ha visto un descenso en sus minutos para dar lugar a quintetos que permitan explotar las virtudes de Anteto. Basta ya de triples y tiros lejanos, el griego debe causar estragos en la zona.
Esto ha permitido a Middleton absorber mucho más balón y el espacio en la media distancia se ha convertido en su patio particular. No será el MVP si ganan, pero sin duda alguna lo merece también. Por si fuera poco, ha recuperado también a Jrue.
El base de los Bucks cuajó tres partidos horrendos pero le ha dado la vuelta a la tortilla. Lo ha hecho desde atrás, para aquellos que se empeñan en repetir la cantinela de que en la NBA no se defiende. Jrue defiende, muerde y roba, vaya si roba. El balón que le quita a Booker de las manos en el Game 5 bien puede valer un anillo.
Ahora todo está de cara. Milwaukee vuelve a jugar en casa, tiene su primer match-ball y una tendencia ascendente que más quisiera el equipo de Phoenix. Han sabido dar con la tecla para revertir una situación que pintaba horrible.
Y sin embargo, todos los partidos se están decidiendo por la mínima. Incluso con los ajustes de Budenholzer, las exhibiciones de Middleton o Anteto, la igualdad aún impera en las Finales de la NBA. Los Suns no pueden fallar, esta noche tienen que forzar el séptimo o morir intentándolo.
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