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Moha: “La Real desprendía olor a club grande”


Mohamed El Yaagoubi ‘Moha’ (Taoririrt, Marruecos, 1977) sólo estuvo un año en Donostia (36 partidos/1 gol). Tiempo suficiente para enamorarse del club, de la ciudad y de su gente.



¿Cómo está?

Bien, tranquilo, pero echando de menos todas las cosas que antes no valorábamos. Poder salir a la calle sin restricciones, poder saludar y abrazar a tus familiares. Ahora vivo en un pueblecillo de Girona y esperando a que pase todo para buscar trabajo.

¿A qué se dedica ahora?

Tuve un parón del fútbol, de unos 3 años. En ese tiempo estuve sacando titulaciones relacionadas con el deporte: dirección deportiva, titulación de entrenador, que tengo el nivel 3, un poco de todo. Hasta diciembre entrenaba al Igualada, en primera catalana y ascendimos a Tercera.

¿Quedó confinado en el pueblo?

(Risas) No, no. En diciembre se me acabó la aventura y me marché antes de que cerraran el pueblo por completo. Lo han pasado muy mal, hablo con amigos a diario y la situación ha sido muy complicada.

¿La idea es seguir ligado al fútbol?

He empezado haciendo mis pinitos. Estoy aprendiendo, me quiero adaptar y ver si soy valido para poder ser entrenador o cualquier otro cargo. Si es así, no me importaría porque soy un amante del fútbol, pero eso no quiere decir que se me vaya a dar bien.

Estuvo sólo una temporada en la Real, ¿cómo la recuerda?

Desde que llegué me impresionó todo, no me imaginaba que moviera tanto sentimiento. Había estado en muchos equipos y vivido muchas cosas. Ves que en España puede haber equipos grandes, los de siempre, y el resto están a años luz. Pero la verdad, cuando llegué decía que no tienen nada que envidar al Barcelona o al Madrid. La Real ha sido, es y siempre será un equipo grande, porque lo viví durante un año. Y eso que estaba en Ley Concursal, pero la Real desprendía ese olor a club grande.

Continúe.

Lo hace grande una afición que, a las buenas y a las malas está siempre con su equipo. Es un club de ciudad, de provincia, todos van en la misma dirección. Es algo vuestro, que os pertenece, y eso es importantísimo. Salvando las distancias, era similar a Osasuna. Venía de estar en Pamplona y en Donostia estuve como en casa. Das lo mejor de ti por ese motivo. Es el año en el que más aprendí, en todos los aspectos. Tuve una reunión con unos chicos diabéticos (él lo es) en Anoeta y eso sólo lo hace el club que quiere a su gente. No todos los clubs se preocupan por esas cosas. Y claro, te llenan.

¿Se sentía importante?

Si, jugué muchos partidos, no sé exactamente cuantos.

36 de 42.

¡Fíjate! Hace un tiempo llamé a Juanma (Lillo era el entrenador) y le dije que es el año en el que más he disfrutado durante mi carrera. Le comenté que me supo muy mal el no poder ascender: “Míster, tenía que haber jugado más”. Me contestó: “Moha, revisa los datos” (risas).

¿Cómo era su relación con él?

Muy buena, es un tipo que desprende fútbol por los cuatro costados. Me dio mucha tristeza que el año anterior no se consiguiera el ascenso en Mendizorrotza, no poder conseguir subir en mi año y sí en la siguiente campaña. Como profesional, entrenador y como persona, es de lo mejor que me he encontrado. Que no haya podido conseguir algo en la Real y que no le diesen una segunda oportunidad me dio pena.

¿Qué faltó para conseguir el ascenso?

¡Puf! Si sólo fuese una cosa, hubiéramos subido. Quedar primero de 22 equipos no es fácil y se tienen que dar muchas cosas. Se daba por hecho que teníamos que ascender, o ganar al Eibar, que llevaba muchos años en Segunda, y luego te pintaba la cara en Anoeta. La lesión de Díaz de Cerio nos dolió mucho, no pudo ser.

Tenían buenos nombres.

Sobre todo era un equipazo humano. Los Agirretxe, Prieto, Aranburu… con gente tan cercana, tú eras mejor jugador en el campo. Me impresionó Xabi, cuando estaba en Osasuna se hablaba de él como jugador grande y a mí no me lo parecía tanto. Cuando llegué a Zubieta flipé, claro. Era un espectáculo, jugadores como ellos hacen gigante un equipo. Xabi ha dado ejemplo al mundo del fútbol, hay cosas más importantes que ganar cuatro Champions o millones de euros.

¿Mantiene contacto con alguno de ellos?

Estuve en Anoeta el día en el que se inauguró el campo, contra el Barcelona. Estuve con Juantxo (Trecet), con el que sigo hablando porque desde que me vino a buscar al aeropuerto me sorprendió. Estuve en el hotel con los jugadores, estaba Xabi, creo, pero de la época ya no queda ninguno. Ha pasado mucho tiempo.

Moha recuerda con morriña Donostia: ”No era mucho de ir a la montaña y dar paseos y eso en Donostia lo puedes hacer en paisajes preciosos. Es una ciudad que lo tiene todo”, destaca. Formó una familia aquí: “Tenía una niña de un año y ahí mi esposa se quedó embarazada del segundo. Una pena que no sea donostiarra y txuri urdin. Es una ciudad muy tranquila, pero destaco su gente, educada, respetuosa y cariñosa a más no poder”, remarca



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