Las polémicas palabras de Pablo Iglesias en una entrevista en el diario Ara en la que aseguró que “como vicepresidente del Gobierno español” tenía que reconocer que “no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas”, en referencia a Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, han generado malestar en el sector socialista, pero no han provocado ninguna crisis interna en la coalición. De hecho, según la ministra portavoz, María Jesús Montero, el asunto ni siquiera se trató en el Consejo de Ministros. Ni Iglesias tomó la palabra ni nadie le pidió explicaciones. Montero trató de minimizar la polémica y señaló que este tipo de cuestiones hay que entenderlas dentro de una campaña electoral.
“El vicepresidente no ha tomado la palabra hoy [este martes] para hablar de esta cuestión ni de ninguna otra ni ha sido una materia que se haya abordado en el Consejo de Ministros. Evidentemente España es una democracia plena, entre las 23 mejores del mundo, y esto no lo marca el Gobierno sino los rankings de organismos independientes internacionales. No hay polémica. Las declaraciones de estos días tienen que enmarcarlas en la campaña de las elecciones catalanas”, señaló la ministra de Hacienda.
Montero repitió el mensaje oficial del sector socialista del Ejecutivo, esto es, que España es una democracia plena y por tanto no están de acuerdo con la opinión de Iglesias. Sin embargo, lejos de confrontar con el vicepresidente primero, Montero intentó en todo momento dar por superada la polémica. “Quiero entender que estas declaraciones nacen de un deseo por mejorar la calidad democrática en España y se enmarcan dentro de una campaña electoral”, insistió la ministra portavoz.
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