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Monza se quedó sin palabras

Monza se quedó sin palabras

El jueves, los tifosi de Monza, verdaderos apasionados de la F1 y de Ferrari, llenaron el Autódromo de color con la apertura del pit lane. La fiesta del automovilismo italiano estaba empezando. Los ferraristas aplaudían a los mecánicos de su equipo mientras estos practicaban más pit stop que el resto de conjuntos para no fallar ante su gente el domingo.

Se empezaban a escuchar algunos rumores en el paddock. En la sala de prensa, alguno avisaba que la BBC había suspendido su programación. Mercedes había organizado una barbacoa en lo alto de su hospitality para la prensa para así celebrar que estaban a punto de vivir el último fin de semana del triplete consecutivo de carreras que ha disputado la F1 entre Spa, Zandvoort y esta cita italiana. Las caras de cansancio se acumulan en el paddock a todos los niveles y un rato de relajación es aire fresco para todos. Pero ya con la carne en la brasa, Mercedes decidía anular la cena. Algo ocurría. 

Todos los integrantes de los equipos, en el pit lane de Monza rindiendo homenaje a Isabel II con un minuto de silencio

Clive Mason / Getty

En el paddock, las televisiones de los hospitalities permanecían encendidas con las noticias en directo, pero no había novedades. Y mientras los pilotos salían del circuito, entre una gran marea de gente a lado y lado de la puerta principal del trazado, como auténticas estrellas del rock, se conocía la noticia del fallecimiento de Isabel II. 

La F1 recibía un duro golpe, y es que no deja de ser un deporte inglés. 7 de los 10 equipos tienen sede en Inglaterra. Incluso Alpine, francés, tiene fábrica allí, en Enstone. Los únicos que no se encuentran cerca de Londres son Alfa Romeo (Sauber, Suiza), AlphaTauri (Italia) y Ferrari (Italia).

Todos los integrantes de los equipos, en el pit lane de Monza rindiendo homenaje a Isabel II con un minuto de silencio

Clive Mason / Getty

Por ello, la F1 realizó ayer un minuto de silencio en honor a Isabel II, que acudió a la primera carrera de la historia del Mundial de la F1 en 1950, en Silverstone (Inglaterra), cuando aún era la Princesa Isabel de Windsor, junto a su padre, el Rey Jorge VI.

En Monza, donde ayer transcurría todo con aparente normalidad pese a la triste noticia y la música animaba al mucho público presente, de repente se hizo el silencio. Todos los equipos salieron ante sus garajes para dedicarle ese instante de paz a Isabel II. Y toda la grada principal, el paddock y la rueda de prensa, permanecía de pie. Todos callados justo antes de que el motor de los coches de F1 empezaran a rugir en los Libres 1. Del silencio, de nuevo, al ruido y el calor de los tifosi italianos, que desplegaron una gran bandera italiana y un enorme corazón que ocupaba toda la grada para dejarle claro a todos en Ferrari que están con ellos a las duras y a las maduras.




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