Una de las víctimas del bombardeo de Irpin, abatida cuando trataba de huir junto a su familia con su maleta.

Moscú intensifica los ataques junto al mar Negro mientras anuncia que abrirá corredores humanitarios hacia Rusia

Una de las víctimas del bombardeo de Irpin, abatida cuando trataba de huir junto a su familia con su maleta.
Una de las víctimas del bombardeo de Irpin, abatida cuando trataba de huir junto a su familia con su maleta.Diego Herrera (Europa Press)

El Ejército ruso se está aplicando con fuerza este lunes en el sur de Ucrania, donde ha bombardeado la ciudad de Mikolaiv, ente la capturada Jersón y Odesa, la principal ciudad en la costa del mar Negro. Mikolaiv, de 480.000 habitantes y con uno de los tres puertos más grandes el país, ha estado bajo ataque desde hace días, aunque el viernes el Ejército ucranio logró repeler una ofensiva rusa. En la mañana de este lunes, las tropas de Putin han lanzado un nuevo ataque de artillería contra la ciudad, cuya captura sería un avance importante en su camino hacia Odesa y otro punto más de control de la costa.

Los ataques se han cebado también con Járkov, al norte del país, mientras se estrecha el cerco contra la capital, Kiev, que se prepara para resistir. Por su parte, Rusia ha anunciado que mantendrá un alto el fuego puntual este lunes para que la población de ciudades como Kiev, Mariupol, Járkov o Sumi salgan en corredores humanitarios, si bien la mayoría de las rutas conducirán a ciudades de Rusia, según el Ministerio de Defensa. Un portavoz del presidente ucranio ha señalado este lunes que los ucranios deberían tener derecho a ser evacuados al territorio del país.

El Gobierno de Kiev ha asegurado que tiene información de que Rusia está preparando grandes ataques este lunes contra el corazón de ciudades, ante la pérdida de efectivos y el avance más lento de lo esperado. Kiev denuncia bombardeos a objetivos civiles y crímenes de guerra. Una de las urbes que está padeciendo más ataques es Mikolaiv, situada en el flanco izquierdo de la península ucrania de Crimea, que Rusia se anexionó ilegalmente en 2014 y que ha convertido en fortaleza militar y lanzadera para la invasión.

Muy cerca está Jersón, cuyo alcalde, Oleksandr Senkevich, ha advertido de que la ciudad ha sufrido importantes ataques contra edificios residenciales. “Hay muchos proyectiles sin explotar”, ha dicho en una publicación de Facebook, “no se acerque, no los levante y no intente moverlos”. Los ataques aéreos se concentraron durante la noche en esta ciudad del noreste del país, fijándose como objetivo central un complejo deportivo de una universidad local y edificios civiles, según el testimonio de un periodista de France Presse en la zona. Mientras, en el mar de Azov, en el flanco derecho de Crimea, Rusia ya ha ocupado Berdiansk y asedia Mariupol.

Kiev amanece con la misma calma tensa de los últimos días. El peso de la incertidumbre sigue lastrando el ánimo de los que no saben cuál va a ser la reacción del presidente ruso Vladímir Putin ante la resistencia que está encontrando tanto en la capital como en otras ciudades. La batalla en el corazón de Kiev no ha comenzado todavía y todo son conjeturas sobre qué va a hacer Putin, pues la guerra va camino de las dos semanas y su principal objetivo, tomar la capital e imponer un gobierno a su antojo, no está ni mucho menos cerca.

Mientras, la población que no ha abandonado la principal urbe ucrania se prepara para la posibilidad de un largo asedio, con todo lo que eso significa a nivel logístico, físico y emocional. En la calle se ven pocos movimientos de tropas y carros de combate, centrados en la periferia de Kiev, donde sí está habiendo fuertes combates desde hace días. Es ese el principal punto de inestabilidad y desde donde están escapando decenas de miles de civiles que ya no aguantan en poblaciones como Irpin o Bucha, golpeadas cada día por los enfrentamientos y con importantes zonas afectadas por la falta de suministros de electricidad, agua y gas.

Trabajadores retiran los escombros de un colegio destruido por los bombardeos en Ucrania
Trabajadores retiran los escombros de un colegio destruido por los bombardeos en UcraniaReuters

Precisamente en la salida de Irpin más directa hacia la capital —una ruta que han utilizado los ucranios que trataban de huir hacia Kiev como lugar más seguro en el que resguardarse mientras buscan una salida hacia el este— se produjo este domingo un ataque con varios morteros que causó la muerte de, al menos, tres personas y un herido grave. Según varios testigos que se encontraban en el enclave, todo apunta a que se trató de un ataque deliberado del Ejército ruso contra la población civil.

Mientras, el Gobierno del presidente Volodímir Zelenski sigue apostando por quedarse en Kiev y hacer frente a la amenaza rusa pese al ofrecimiento de países como EE UU para ser evacuado. Zelenski advirtió el domingo por la noche en un vídeo publicado en la red social Telegram, según informa Europa Press citando a la agencia de noticias Unian, de que Rusia, que está tratando de capturar infraestructura crítica —como centrales nucleares y plantas de suministro— planea lanzar ataques a los principales sitios de producción del país, que están en ciudades densamente pobladas.

Salida de ciudadanos de Irpín, cerca de Kiev.
Salida de ciudadanos de Irpín, cerca de Kiev.luis de vega

En el llamado “domingo del perdón”, que se conmemora según la tradición ortodoxa, Zelenski avisó a Rusia de que Ucrania no perdonaría los crímenes. “No perdonaremos los edificios residenciales bombardeados, no perdonaremos el cohete que nuestra defensa aérea derribó hoy sobre Okhmatdet y más de otros 500 cohetes similares que golpearon nuestra tierra, Ucrania, nuestra gente, niños. No perdonaremos las ejecuciones sin armas. No perdonaremos las casas destruidas. Ni más de quinientos misiles similares que golpean nuestra tierra. En toda Ucrania golpean a nuestra gente y niños”, recalcó en emotivo discurso difundido por las redes sociales. “Es asesinato, simplemente asesinato”, dijo. Además, el Ejecutivo de Ucrania sigue reclamado ayuda militar urgente a los países occidentales.

Tercera ronda de negociaciones

Tras los duros ataques del fin de semana, con los que el Ejército ruso no ha hecho grandes avances por tierra, se espera que las delegaciones ucrania y rusa se reúnan por tercera vez en una mesa de diálogo en Bielorrusia, cerca de la frontera con Ucrania; aunque los representantes ucranios no son demasiado optimistas con obtener algún logro y han declarado que solo informarán de los resultados cuando haya pasos concretos “para evitar la presión”.

Las negociaciones se producen tras la noticia de que el Ejército ruso abrirá esta mañana corredores humanitarios en varias ciudades ucranias para permitir la salida de civiles, según el Ministerio de Defensa ruso citado por la agencia de noticias Interfax. Estos corredores incluirán la capital, Kiev, además de ciudades como Járkov, Mariupol y Sumi, y se establecerán a partir de las 10.00, hora de Moscú (8.00, hora española). Desde Kiev y Járkov, el Kremlin solo plantea evacuaciones a Rusia —desde la capital, primero pasando por Bielorrusia y luego por vía aérea— donde quienes lleguen se instalarían en “centros temporales”. Y desde Mariupol y Sumi han anunciado dos corredores, uno con destino el centro de Ucrania y otro, Rusia.

Moscú ha recalcado que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha decretado esta medida tras una petición personal de su homólogo francés, Emmanuel Macron, con el que conversó este domingo. Los altos para Mariupol y para otra ciudad sureña, que debía permitir a cientos de miles de personas salir de las zonas asediadas a otros puntos del centro de Ucrania, fracasaron este fin de semana en medio de duros ataques de las fuerzas del Kremlin, que también bombardearon lanzaron ataques de artillería una evacuación de miles de personas en Irpin, una ciudad dormitorio de Kiev, en ruinas por las bombas. Kiev y Moscú se acusan mutuamente de romper el alto el fuego.

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