Si hay un entrenador que ha tenido repercusión en la historia reciente del Real Madrid -con permiso de Zidane– ese es José Mourinho. Y ahora, ocho años después de su marcha, está siendo el ‘salvador’ de la operación salida del conjunto blanco y, sobre todo, de la de Bale, uno de los problemas más grandes que se recuerdan en La Castellana.
El portugués, amado y odiado por el madridismo, quiere en ‘su’ Tottenham a dos de los descartes de Zidane (Reguilón y Bale) que el conjunto blanco ha puesto en el escaparate para afrontar las consecuencias económicas del Covid-19.
El fichaje de ambos resuelve el gran problema que tenía el Real Madrid. Sobre todo con Bale, el jugador al que más pagaba y con el que menos contaba. De la forma en la que sea (cesión o venta) las cuentas blancas lo notarán y el descanso de la tensión entre el triangulo afición-jugador-entrenador, también.
Mientras que en el traspaso de Reguilón, si finalmente se incluye la opción de compra que plantea el Madrid, también beneficia a los blancos. Este matiz en su contrato, además, es el que habría hecho decantar la balanza del club a favor de los Spurs y no del United, que no contemplaba esa opción. Todo ventajas por parte de Mourinho.
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