José Mourinho, un ganador como él, no quiere pasar la oportunidad de conquistar el quinto título europeo de su carrera de entrenador. No obstante, en la conferencia de prensa previa a la final de la Conference League de mañana ante el Feyenoord en Tirana, el técnico portugués quiso dejar claro que, sea cual sea el resultado, la Roma ya ha hecho historia.
“Es un momento lleno de significado. Ganamos la primera final el viernes (0-3 al Torino en la última jornada de la Serie A) y así nos clasificamos para la Europa League, pero en Turín no podíamos escribir historia. Que la Roma acabe en el sexto lugar es una posición normal”, aseguró Mourinho.
Y añadió: “Esta final, sin embargo, es otra cosa. Ya es historia porque llega después de tantos años de ausencia. Por lo tanto, debemos hacer todo lo posible para ganar. No creo en pócimas mágicas, solo en el trabajo diario y en el trabajo de la plantilla y del equipo. Pase lo que pase, es una temporada positiva para mí”.
Y es que la Roma no disputaba una final europea desde aquella de la Copa de la UEFA que perdió en 1991 ante el Inter.
Rehúye el protagonismo
Mourinho intenta rehuír el protagonismo. “Mi carisma no puede marcar la diferencia. En el último partido de la temporada el trabajo ya está hecho. El liderazgo no se puede poner sobre la mesa, es parte de un proceso. Los entrenadores estamos fuera, tratamos de ayudar, de leer el partido. Por eso hasta mañana no habrá nada en mi cabeza”.
Mourinho afronta a sus 59 años la octava final europea como entrenador, pero a su juicio “la experiencia no ayuda, esperaba que lo hiciera, pero lo que siento es lo mismo que cuando me preparaba para la primera final, después de veinte años nada ha cambiado” . La primera en que participó fue en 2003 cuando ganó la Europa League con el Porto ante el Celtic en Sevilla (3-2).
Mourinho no es supersticioso. “Soy uno de los pocos que no lo es en el fútbol y también con los demás. Ni siquiera me importa saber con qué camisetas jugaremos. Estoy pensando en el Feyenoord, que como muchos equipos neerlandeses tiene una gran tradición”.
Albania, con la Roma por Kumbulla
Mourinho sabe que los aficionados albaneses están mayoritariamente con la Roma, aunque miles de ‘tifosi’ se desplazarán a Tirana para apoyar al equipo. “La sensación está ahí porque tenemos un jugador albanés: si ganamos, un albanés levantará la copa”, recordó en alusión al central Marash Kumbulla.
Por último, Mourinho está satisfecho de cómo sus jugadores llegan ala final. “Manejamos bien la euforia, no necesitábamos un extra de tensión. El objetivo en la Serie A está conseguido y ha sido la mejor manera de pensar solo en esta final. No salimos de Trigoria (centro de entrenamiento) desde el viernes y los jugadores lo están llevando muy bien. Tienen alegría, concentración y la tensión adecuada”.
Todo está saliendo a pedir de boca en estas horas previas a la final. Incluso Henrykh Mkhitaryan podría jugar. “Hoy por primera vez entrenó con el equipo. Fue una sesión corta, pero confío mucho en su experiencia, las sensaciones en su cuerpo”, confirmó Mourinho.