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Moyá, incertidumbre en la cuarentena


Miguel Ángel Moyá Rumbo (Binissalem, Palma de Mallorca, 1984) es el aitona del vestuario de la Real. El veterano guardameta balear cumple hoy 36 años y lo hará, como a todos los que la celebración de su aniversario les está atrapando en plena cuarentena, sin mayor aliciente que soplar las velas confinado junto a su familia. La incertidumbre propia de los días que nos está tocando vivir se ve acrecentada en el caso del guardameta txuri urdin ya que su contrato vence el próximo 30 de junio. Si se reanuda la competición habrá una extensión contractual para que los jugadores que teóricamente quedarían libres el 1 de julio puedan finalizar la temporada en el equipo que militan actualmente pero, a tres meses de que se llegue al plazo oficial en el que finaliza el contrato de Moyá, la Real no le ha comunicado si se lo prolongará un año más.



El enfangado entramado en el que la crisis sanitaria ha envuelto el último tercio de la temporada futbolística ha influido directamente en el futuro profesional de Moyá. Es posible que si la Real supiera ya que va a jugar en Europa la próxima temporada hubiese tomado una decisión sobre el meta balear, cuya realidad es que no sabe a qué atenerse. El club txuri urdin, paralelamente, ha vuelto a tantear a Aitor Fernández, como ya hiciera en verano de 2018, lo que cuanto menos indica que no las tiene todas consigo respecto a renovar el contrato de Miguel Ángel Moyá. Si pudiera hacerse con los servicios de un portero de mayor recorrido en el tiempo, como puede ser el del Levante, descenderían las opciones de continuar en el club del mallorquín, que acaba de cumplir dos años en la disciplina txuri urdin. Debutó de forma precipitada, sin entrenar con el equipo, el 1 de marzo de 2018 en el campo del Betis después de que Rulli se lesionara en el partido de vuelta de la Europa League contra el Salzburgo.

No juega en Liga desde octubre

Si el criterio para renovar su contrato, por otra parte, fuera el deportivo, el último medio año no ha jugado a favor de Moyá, que ha visto como Remiro se ha consolidado definitivamente como guardameta titular de la Real. El balear jugó siete de los ocho primeros partidos de Liga pero, desde la derrota ante el Getafe en Anoeta el 6 de octubre, sus únicos minutos en competición los tuvo frente al Becerril en el estreno copero en diciembre del año pasado. Ni siquiera la Copa ha sido una válvula de escape para el portero balear que está a la sombra de Remiro en ambas competiciones y no juega en Liga desde hace seis meses.

Tener más o menos minutos puede no ser un factor prioritario para Moyá. Está muy adaptado a la ciudad y al club y quizás estaría dispuesto a aceptar un año más de contrato en una situación similar a la actual, sobre todo si la Real se mete en Europa, escenario en el que habría más partidos para todos. La continuidad del mallorquín, en cualquier caso, parece depender más de si el club txuri urdin se conforma con un perfil de guardameta veterano para completar la portería o busca elevar el nivel de competencia para Remiro. Moyá, en estos dos años, ha jugado 30 partidos en la Real (27 en Liga y tres en Copa


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