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“Muchachos, ya somos campeón del mundo”

“Muchachos, ya somos campeón del mundo”

El primer abrazo de Leo Messi en el césped del estadio de Lusail fue a una mujer rubia de mediana edad a la que muchos confundieron con la madre de Leo Messi. Pero no. Esa mujer a la que Lionel abrazaba con devoción es Antonia Farias, la cocinera de la selección argentina, la que lleva diez años ayudando en los menús a Diego Iacovone y que entre otras cosas es responsable de la milanesa a la napolitana que comieron de madrugada los campeones del mundo en la Qatar University para celebrar que habían bordado una estrella en su camiseta.

Ella ha participado en los momentos más felices de Leo con la selección. Ha preparado pasteles de cumpleaños, ha aprendido como hacía la abuela de Messi su plato favorito (la famosa milanesa a la napolitana) y ha ayudado a Lionel siempre que lo ha necesitado, incluso en celebraciones familiares.

De la fiesta en el vestuario, sorprendente la aparición del muñeco Chucky y los cánticos hacia Mbappé de muy mal gusto: “Un minuto de silencio para Mbappé que está muerto”. No fue la única desconsideración hacia el delantero de la selección francesa, que demostró ser uno de los mejores futbolistas del mundo.

Nada más terminar la celebración en el vestuario, la albiceleste subió al bus descapotable que la FIFA y el gobierno de Qatar habían dispuesto para protagonizar una rúa de celebración en el moderno boulevard de Lusail. Allí estaban los campeones del mundo con la Copa en mano recorriendo un paseo entre modernos edificios y donde no faltaban desfiles del ejército, un escuadrón aéreo dibujando acrobacias en el aire y hasta un desfile de dromedarios. Querían que el pueblo qatarí disfrutase de los campeones del mundo y lo consiguieron; el metro estaba abarrotado de una multitud que se encaminaba hacia Lusian para vitorear a Messi.



Galería

La rúa de Argentina por el boulevard de Lusail celebrando el Mundial


Mohamed Farag / Getty



A esas alturas ya no lucia Messi el ‘besht’ o tradiconal psemi abbaya que entregó el emir de Qatar a Leo Messi y que incluso ayudó a colocarse. Hasaan Al Thawadi explicó que se trata de una pieza que se utiliza para bodas y festejos y en el caso de Lionel Messi estaba fabricada en oro puro.

Messi, con el ‘besht’ que le entregó el emir de Qatar

Getty Images

Después de la rúa los jugadores y el staff técnico se encaminó hacia la universidad que les ha servido de alojamiento estos 40 días de Mundial y ahí, después de cenar, prepararon las maletas para salir a las 6.19 de la mañana rumbo a Roma (para repostar) y de ahí a Argentina, donde seguían los festejos.

En el vuelo, reversionaron la canción de los muchachos: “Muchachos, ahora solo queda festejar, ya ganamos la tercera, ya somos campeón mundial. Y al Diego, le decimos que descanse en paz, con Don Diego y con La Tota, por toda la eternidad”.




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