En la víspera del encuentro había anunciado que realizaría unos cinco o seis cambios con la intención de conformar el mejor equipo posible, ajeno quizá a alguna reivindicación des la grada, pero en la práctica fueron hasta ocho. Gaizka Garitano tuvo que hacer una especie de revolución en la última cita en Granada y cambió la fisonomía del Athletic de una manera inesperada. Como se preveía en esas nuevas trazas no iban a tener cabida desde el comienzo ni Beñat ni San José, como parecía haber señalado en la comparencia de prensa del sábado en Lezama. Ni tampoco a lo largo de un penoso encuentro.
Sabido era que Herrerín iba a actuar de portero. En la defensa Capa se colocó de lateral diestro en lugar de De Marcos, con Núñez e Iñigo Martínez en el centro de la defensa, por lo que se reservó a Yeray, y Balenziaga sustituía a Yuri; en la medular D
ani García volvía para hacer pareja con Vesga, mientras que Córdoba reaparecía y Villalibre tenía una nueva ocasión, al igual que Lekue.
Así no hay manera
La renovada apuesta marcada por Garitano no dejó muy buenas sensaciones, si acaso Villalibre se empeñó en reivindicarse con acciones en las que su corpulencia y manejo del cuerpo hizo daño al Granada. También sus desmarques hicieron pupa en la zaga local y en una de esas jugadas se plantó solo ante el guardameta pero le faltó pericia y temple para batirlo. Lekue también fue uno de los más insistentes a la hora de intentar aportar algo novedoso en un encuentro muy lánguido.
Con la llegada de la segunda parte, y tras el cambio forzado de Unai López por Vesga antes del descanso, el entrenador de Derio apostó por Yuri y Muniain, que relevaron a Balenziaga y Córdoba, que no estuvieron precisamente muy afortunados.
Como también era de prever, Williams llegaría a disponer de su oportunidad en sustitución de Villalibre,con lo cual al menos podría continuar con su racha de partidos consecutivos jugando, que para nada se corresponde con su escasa eficacia de cara a portería y en un tramo final de la temporada que ha dejado mucho que desear.
Ni detalles
Iñaki se sumó a un partido que estaba cuesta abajo y sin frenos, con mezcla de imprecisiones, de rabia contenida, de faltas innecesarias. Yuri se ganó la cartulina amarilla en una demostración de que todo estaba perdido en sensaciones, disposición táctica… Poco antes había salido Ibai Gómez por Capa.
El de Santutxu no ha gozado apenas de oportunidades, salvo en momentos muy delicados y no es de extrañar que su estado de ánimo esté como está. Al menos una arrancada de Williams elevó un poco la temperatura. Pero con el último gol del Granada la hecatombe fue aún más lamentable.