El de ayer no fue un partido más en San Mamés. Al contrario. Este encuentro ante el Mallorca trascendió más allá del mero hecho de ser el primero de Liga para los leones.
Esta vez hubo debuts y estrenos de varios tipos en el estadio rojiblanco. Valverde, por ejemplo, emprendía su tercera etapa como entrenador del primer equipo del Athletic. Su presencia en el banquillo no tuvo repercusión alguna a modo de cántico de bienvenida desde la grada. Grada, o concretamente palco, en el que también se pudo ver por primera vez a Jon Uriarte, el nuevo presidente del club rojiblanco, y a sus directivos.
El propio césped de San Mamés también era nuevo. El verde dio la sensación de encontrarse en perfectas condiciones. Esta vez no se produjeron los clásicos patinazos de temporadas anteriores.
La llamada grada de animación popular también fue estrenada oficialmente en esta tarde de lunes con su nueva capacidad para 4.000 socios y aficionados. El recibimiento a los leones, por cierto, volvió a realizarse bajo los sones de la txalaparta que puso en boga el ahora ex presidente Elizegi.
Habrá que dar tiempo al tiempo para ver cómo responde este animado sector del campo. Ayer comenzó con mucho brío, pero tuvo sus apagones en función del propio desarrollo del encuentro. Nada que no sucediera cuando el aforo era mucho más reducido.
Muniain, en su partido 500 como jugador del Athletic, recibió la muestra de cariño de este sector del público de San Mamés una vez concluido el choque. Allí, esperando en el centro del campo junto al resto de compañeros, se encontraba un león de nuevo cuño. Malcom, al que a veces el propio club rojiblanco le nombra como Adu Ares, tuvo sus primeros minutos en la máxima competición.
La ausencia del lesionado Iñigo Martínez pasó desapercibida, la posible llegada de Ander Herrera también. Al que sí se le recordó coralmente fue al ya retirado San José.