Diego Bertie, fallecido este viernes, en una fotografía compartida por el Ministerio de Cultura de Perú.@MinCulturaPe (RR. SS.)
El actor y músico peruano Diego Bertie Brignardello, nacido en Lima en noviembre de 1967, falleció la madrugada del viernes al caer de un edificio de la ciudad. Hace meses había reaparecido en la escena pública con conciertos y el anuncio de un nuevo disco, recuperando el camino que dejó aparcado a finales de los ochenta, cuando optó por la actuación en televisión, cine y teatro. El artista era un referente de la cultura popular desde hace más de tres décadas, cuando se hizo famoso como cantante de una banda de música pop.
Bertie vivía en el piso 14 de un edificio de apartamentos en el malecón del distrito de Miraflores, en una zona acomodada de Lima, y fue hallado con múltiples fracturas en el estacionamiento de la propiedad. Su manager, Carlos Sánchez, señaló a la prensa que su representado atravesaba un momento de mucha vitalidad porque había retomado su carrera musical recientemente. Habían conversado por teléfono la mañana del jueves y, debido a síntomas ligeros de covid, suspendieron algunas actividades.
El hospital de emergencias adonde los bomberos trasladaron al artista informó de que el actor “fue atendido de manera inmediata por los profesionales de la salud confirmando su fallecimiento”. A las pocas horas de la confirmación de su muerte, los ministerios de Cultura y de Salud emitieron comunicados de pésame, al igual que decenas de instituciones con las que trabajó o colaboró; además de sus excolegas del teatro, la televisión y la música. En septiembre de 2020, fue una de las personalidades que grabó un vídeo para educar sobre el uso de la mascarilla en la primera ola de la pandemia de la covid-19. “El Ministerio de Salud lamenta el fallecimiento del artista nacional Diego Bertie, cuyo compromiso social lo convirtió en un aliado estratégico de las campañas de salud pública”, apuntó la entidad.
Bertie fue la figura estelar de las principales telenovelas en Perú en la década de los noventa, una época importante para ese género televisivo en medio de una fuerte crisis económica y un régimen autoritario en el país andino. En paralelo, participaba en montajes de teatro clásico con los directores de artes escénicas de mayor prestigio, como Alberto Isola y Edgar Saba: una de las puestas en escena más destacadas de esos años en las que intervino fue El rey Lear, puesta en escena en 1999 sobre los escombros del Teatro Municipal de Lima, que se había incendiado el año anterior.
En la siguiente década empezó su carrera internacional: primero con Venevisión, en el año 2000, cuando grabó la telenovela Amantes de luna llena, con la venezolana Ruddy Rodríguez. En 2002, con la mexicana Itati Cantoral protagonizaron una superproducción -rodada en Río- de la brasileña Globo y Telemundo, el remake de una telenovela brasileña muy exitosa en Perú de inicios de la década anterior, llamada Vale todo. En el casting había actores mexicanos, peruanos, brasileños, colombianos y argentinos y cubanos.
Luego se reencontró con la venezolana Rodríguez en 2006 y 2007, en los roles principales de La ex, una producción colombiana de Caracol. “Eres y serás el mejor compañero de trabajo que una actriz pueda tener en su carrera, un gran profesional. Amigo, nos quedamos con las ganas de seguir conversando y compartiendo tu paso por esta vida. Vuela alto que hoy el cielo se viste de arte con tu presencia”, comentó la actriz venezolana en su muro de Instagram este viernes.
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”Con Diego Bertie se va el sueño de una generación, la de la década de los años ochenta que quiso expresarse y vivir a pesar de las duras condiciones que fueron las del Perú en esa época”, comentó la escritora peruana Grecia Cáceres, consultada sobre el peso de Bertie en la cultura peruana. La poeta es directora del departamento de América Latina en la Escuela Internacional de asuntos de la cultura y el mercado del arte (IESA), con sede en Paris.
”Formó una banda que marcó época en los comienzos del rock en español y luego se orientó hacia la actuación. Su trabajo de actor fue muy ecléctico. Gracias a su belleza física pudo hacer roles de héroe de telenovela, pero también teatro y cine con los mejores directores [Francisco Lombardi o Augusto Tamayo] y en obras del repertorio clásico como Edipo Rey o La vida es sueño”, destaca Cáceres. “Como muchos actores-fetiche, encarnaba la libertad y la belleza, se prestaba a todas las formas y nos fascinaba. Su muerte es como la caída del telón sobre los sueños de una generación sufrida pero también ultra creativa e inspiradora. Se nos va como se nos fue la juventud, y lo lloraremos”, sostiene la escritora.
Cáceres también destacó la precocidad de Bertie y su carácter multifacético, pues siendo menor de edad actuó en musicales -de teatro comercial- y su inicio como front-man de la banda de pop-rock Imágenes se dio a los 19 años. A mediados de los noventa siguió grabando pop como solista, con su banda, que son parte del legado musical peruano de ese tiempo.
“Iluminaba el set”
Un actor y director de series de televisión que pertenece a la misma generación de Bertie puso de relieve la calidad excepcional de su colega. “Hemos trabajado juntos en cine, en teatro, en televisión; lo he dirigido en un montón de telenovelas, en series. Siempre iluminaba el set, el escenario. Tenía un talento inconmensurable, era uno de esos actores que irradiaban un carisma impresionante, y era muy profesional: siempre tenía su letra aprendida, siempre estaba puntual, nunca había una queja sobre él, era un placer trabajar con él. Y era un gran ser humano”, expresa Toño Vega por teléfono desde Lima.
”Me quedo con el recuerdo de haber encontrado en el trabajo a un ser humano excepcional. Le decíamos Dieguito porque era querible, amable”, añade Vega. Bertie fue siempre reservado sobre su vida personal, no buscaba aparecer en los programas de espectáculos ni de cotilleos. Luego de años sin aparecer en las noticias, en mayo, en una entrevista en el principal programa peruano de televisión sobre la farándula, Magaly Teve, dijo que nadie tenía que obligarlo a salir del closet y que tenía una hija de 22 años.
”Mi hija sabe que soy gay desde que tenía seis añitos. Hubiera podido evitar decírselo pero nunca he tenido un rollo [un problema], nadie me puede decir ‘sal del closet’: yo salgo del closet cuando lo necesito. Nunca he necesitado hablar de mi intimidad porque valoro eso. Mi enamorada de cuando tuve 17 años es mi mejor amiga, somos como hermanos. Para mí las relaciones cuando son de amor, trascienden en el tiempo”, contó.
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