Muere el papa emérito Benedicto XVI a los 95 años


Benedicto XVI, el Papa 265 de la Iglesia católica que protagonizó una página excepcional al dimitir a su cargo, murió a los 95 años tras el rápido deterioro de su salud, informó el Vaticano el sábado por la mañana.

Mediante un comunicado emitido el sábado por la mañana, Matteo Bruni, el vocero de el Vaticano, dio a conocer el siguiente mensaje:

“Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy a las 9:34 horas en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano”.

La preocupación por la salud del teólogo alemán habría surgido el miércoles 28 de diciembre, cuando su sucesor, Francisco, dio a conocer que estaba “muy enfermo” y pidió “una oración especial” a los feligreses que asistieron a su audiencia general.

El Vaticano informó que los restos de Benedicto estarán presentes al público en la Basílica de San Pedro a partir del lunes.

Alemán de nacimiento, Joseph Ratzinger fungía como Papa emérito desde que anunció su dimisión como máximo jerarca de la Iglesia católica para concentrarse en la oración y el retiro espiritual.

Si bien la dimisión de un Papa no fue un hecho inédito, debido a que antes lo hicieron Gregorio XII, en 1415, y Celestino V, en 1294, el caso de Benedicto XVI sí fue inusitado debido a que por primera vez el mundo moderno vio a dos pontifices convivir en el Vaticano.

No obstante, su predecesor, el papa Francisco, siempre desestimó que el hecho fuera un motivo de conflicto. Por el contrario, se refirió a Benedicto XVI en términos afectuosos y lo equiparó a tener el consejo de “un abuelo sabio”.

Elegido tras la muerte de Juan Pablo II, que encabezó uno de los papados más extensos y a quien llevó a los altares, a Benedicto XVI le tocó ser cabeza de uno de los periodos más difíciles para la Iglesia católica caracterizado por las acusaciones de pederestia a sacerdotes.

Además fue muy comentada la reunión que sostuvo con el entonces líder de Cuba, Fidel Castro, en La Habana.

Su renuncia posibilitó la convivencia con su reemplazante, el papa Francisco.

La presencia de Benedicto XVI fue considerada clave para impulsar la democracia en algunos países y reposicionar a la Iglesia católica, por lo que se convirtió en el primer papa en tener una cuenta de Twitter.

Además, se convirtió en centro del llamado “Vatileaks”, cuando se comprobó que su mayordomo, Paolo Gabriele, había sustraido documentos confidenciales del Vaticano y los entregó a medios. Benedicto XVI otorgó el perdón a su subalterno.

Joseph Ratzinger nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau, Alemania, el 16 de abril de 1927. Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.

Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a 30 kilómetros de Salzburgo; marco en el que recibió su formación cristiana.

El papa de origen alemán murió a los 95 años.

La fe y la educación de su familia lo preparó para afrontar la dura experiencia de aquellos tiempos en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica. El joven Joseph vio como los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la Santa Misa.

Hasta septiembre de 1944 estuvo enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos. Después, de 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en Freising y en la Universidad de Munich, en Baviera.

Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951, y después inició su actividad como profesor en la Escuela Superior de Freising.

Su presencia y conocimiento en materia de teología dogmática y fundamental quedaron de manifiesto en las aportaciones que hizo al Concilio Vaticano II, al que asistió en calidad de “experto”.

El tema de los abusos marcaron su pontificado.

Joseph Ratzinger convivió con 4 papas. En 1977, Paulo VI lo lo nombró arzobispo de Munich y Freising; y unos mese después lo llevó al cardenalato que le permitió votar en el Cónclave que eligió a Juan Pablo I, en agosto de 1978, y en octubre del mismo año, a Juan Pablo II.

Fue relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, de 1980, sobre el tema: “Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo”, y presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, de 1983, sobre “La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia”.

Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y años más tarde decano del Colegio cardenalicio, realizada por los Cardenales del Orden de los Obispos. Además de que en la Curia romana fue miembro del Consejo de la Secretaria de Estado para las Relaciones con los Estados y de las Comisiones pontificias para América Latina, “Ecclesia Dei”, entre otras.

Fue un prolífico autor y recibió numerosos doctorados “honoris causa” en diversos países.




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