Fue el hombre que encarnó una era a finales de los años noventa. Kenneth Starr, el fiscal que se convirtió en la némesis de Bill Clinton con su exhaustiva investigación sobre las actividades del presidente demócrata (1993-2001), incluida su escándalo sexual con Monica Lewinsky, ha muerto este martes a los 76 años.
Según ha informado su familia, Starr ha fallecido en la ciudad de Houston (Texas), donde residía, de complicaciones tras una operación quirúrgica.
Nombrado por Ronald Reagan como juez del Tribunal de Apelaciones para el circuito de Washington DC en los años ochenta, fue designado por el siguiente presidente, George W Bush, para el cargo de fiscal general, un cargo que ocupó hasta la llegada de Clinton a la Casa Blanca en 1993.
Pero fue su papel como fiscal independiente lo que le hizo saltar a la fama mundial en el segundo mandato del demócrata. El denominado escándalo Whitewater comenzó como una investigación sobre las inversiones inmobiliarias de Clinton y su esposa, Hillary Rodham Clinton, para acabar expandiéndose a muchas otras áreas. Sobre todo, la relación extramarital del presidente con Lewinsky, una becaria de 24 años de la Casa Blanca.
Kenneth Starr se prepara para dar testimonio en el juicio político contra el entonces presidente Bill Clinton, el 13 de noviembre de 1998.David Hume Kennerly (David Hume Kennerly)
Clinton negó la relación, en un proceso en el que salieron a la luz todo tipo de intimidades y que los demócratas denunciaron que estaba políticamente motivado. Aquel caso condujo al primer juicio político de la era moderna contra un presidente estadounidense, después de que la Cámara de Representantes controlada por los republicanos le acusara de perjurio y obstrucción de la justicia. El proceso deparó frases de Clinton que aún se recuerdan, como el famoso it depends on what the meaning of the word ‘is’ is (“depende de lo que signifique la palabra ‘es’”), o el I did not have sexual relations with that woman, miss Lewinsky (“No mantuve relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky”).
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El presidente quedó absuelto de todos los cargos posteriormente por el Senado, pero para entonces su popularidad había quedado muy perjudicada. Su vicepresidente, Al Gore, perdió las elecciones de 2000 tras un dramático recuento de los votos en el estado de Florida, que el Tribunal Supremo, en una polémica decisión, ordenó suspender para dar el triunfo al candidato republicano, George W Bush.
Tras esa etapa, Kennneth Starr se centró en la vida académica. Aunque no le abandonó el escándalo. Abandonó su puesto como rector de la Universidad Baylor tras una investigación sobre la gestión inadecuada de denuncias de abusos sexuales en la institución educativa. En 2020 este republicano conservador convencido volvió a desempeñar un papel en otro juicio político contra un presidente estadounidense en activo. Pero esta vez como defensor. Se sumó al equipo de asesores legales de Donald Trump en el proceso que se le abrió en el Congreso estadounidense por las supuestas presiones indebidas al jefe de Estado ucraniano, Volodímir Zelenski, para que ordenara una investigación sobre Hunter Biden, hijo del ahora presidente Joe Biden.
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