CIUDAD DE MÉXICO – La actriz Carmen Salinas, una institución en la industria del entretenimiento en México, murió este jueves 9 de diciembre a los 82 años de edad tras sufrir un accidente cerebrovascular que le produjo un coma natural.
El inesperado deceso de la también productora y política causó un fuerte impacto entre la comunidad artística de México, donde la protagonista de más de un centenar de melodramas y películas era sumamente apreciada, no solo por su talento sino por su generosidad.
De hecho, en México entre broma y cierto se decía que Carmelita Salinas, como cariñosamente le llamaban, era la mujer mejor informada del espectáculo y compartía con los medios todos los datos, comentarios y críticas que le eran solicitados, lo que en no pocas ocasiones le llegó a causar algún problema.
Al momento de sufrir el derrame cerebral que originó el deceso, la actriz participaba en la telenovela “Mi fortuna es amarte”, donde caracterizaba a “Doña Margarita Domínguez”, personaje para el que según diversos medios fueron convocadas para un reemplazo de urgencia Silvia Pinal y Ana Martin.
A la actriz le sobrevive su única hija, María Eugenia Plascencia, y siete nietos: Carmen y Paulina Plascencia Suárez, hijas de su hijo Pedrito, quien murió, con Lucía Suárez; y otra nieta Carmen Plascencia, también hija de su hijo. Además, Viviana, Manuel, Montserrat y Marisol Monje Plascencia, hijos de su hija Maru.
¿QUIÉN ERA CARMEN SALINAS?
Nacida en Torreón, en el norteño estado de Coahuila en 1933, Carmen Salinas Lozano era una de las actrices más queridas del público mexicano por la gran variedad de papeles que interpretó a lo largo de su vida.
Desde la escuela primaria fue una revelación artística, por sus dotes para el canto, el baile y las imitaciones; ya jovencita, participó en innumerables concursos de belleza y talento en los que con frecuencia resultó ganadora, hasta que obtuvo una oportunidad para cantar en una estación radiodifusora de su natal Torreón, de donde se mudó a Monterrey, Nuevo León.
En 1953, viajó a Ciudad de México donde le ofrecen cantar y hacer imitaciones en el intermedio entre dos películas u obras de teatro. Su fama fue creciendo a la par que la nostalgia que sentía por su familia, ya que siempre fue una mujer dedicada ciento por ciento a ella, y decide regresar a Torreón. Sin embargo, fue su padre quien la animó a retomar su carrera en la capital mexicana.
Así, en 1964, la actriz debutó en televisión en la telenovela “La vecindad”, producida por el llamado “Señor Telenovela”, Ernesto Alonso, con quien también trabajó en “La frontera”, “Sublime redención” y “El chofer”.
Pero fue en el teatro donde la crítica se le rindió, tras participar en las obras “Cada quien su vida” y “Vine, vi y mejor me fui”, aunque su mejor papel lo realizó en la obra “Aprendiendo a ser señora” por la que obtuvo gran reconocimiento.
Más tarde llegó a su vida el cine, donde interpretó papeles urbanos que la llevaron a ser la consentida de las grandes masas y retratar situaciones que permitían al público identificarse plenamente, ya sea en las calles de la gran ciudad o en provincias.
También fue una de las protagonistas del llamado cine de ficheras, donde participó en filmes como “Bellas de noche” (1975), en la ganó el mote de “La Corcholata”, por su personaje de una mujer de la vida galante que “siempre estaba pegada a la botella”.
EL MAYOR DOLOR DE SU VIDA
Carmen Salinas trabajó incansablemente y solo frenó su carrera en agosto de 1993 cuando le informaron que su adorado hijo, el gran músico Pedrito Plascencia Salinas, tenía cáncer, enfermedad a la que solo sobrevivió unos meses, ya que murió en abril de 1994.
El dolor de la actriz fue tal que quiso retirarse, pero gracias a su gran amigo y representante Juan “El Chato” Cejudo (1943-2012) en complicidad con grandes figuras del entretenimiento como María Rojo, Daniela Romo y Rafael Inclán, regresa primero al cine y después a obras musicales.
Esa etapa la preparó para iniciarse en 1997 como productora teatral con la obra Aventurera, un espléndido montaje musical que fue protagonizado por actrices como Edith González, Itatí Cantoral, Niurka Markos, Patricia Manterola y Susana González, a quienes impulsó y quiso, no sin tener algún sonado choque con alguna de ellas.
SU PASO POR LA POLÍTICA
Carmelita Salinas también se involucró en la vida política al vincularse, como ocurría en ese entonces con la mayoría de los famosos, al Partido Revolucionario Institucional (PRI), del que fue diputada plurinominal del 2015 al 2018.
Se le recuerda como legisladora haciendo innumerables actividades asistenciales para apoyar a las personas menos favorecidas de Ciudad de México.
En 2019 se vio envuelta en una gran polémica. Tras ser cuestionada sobre si le gustaría volver a la política, respondió fiel a su estilo: “No, ni lo mande Dios. No, lo mío es la actuación, yo gano más como actriz, que como diputada”.
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