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Muniain acaba con la mala racha local a base de goles

El Athletic
retornó a la senda del triunfo tras cinco jornadas sin ganar. Lo hizo de manera justa y trabajada y con un gran protagonista: su capitán. Muniain firmó los dos primeros tantos bilbaínos antes del descanso y remachó su acierto realizador con una tercera diana en la segunda mitad previo toque de balón de un defensor visitante. La ovación que le tributó San Mamés en el momento de ser sustituido por Aduriz a cinco minutos del final resultó ciertamente significativa.



La goleada ante el Espanyol maquilla en parte los males del equipo de Gaizka Garitano. El contundente marcador no debe ocultar, en cualquier caso, ciertas lagunas del conjunto bilbaíno a lo largo, sobre todo, de la segunda mitad. La entregada afición rojiblanca, de hecho, solo respiró tranquila tras la consecución del 3-0.

El conjunto de Machín pagó cara, muy cara, su mala salida. Para cuando se quisieron dar cuenta de lo que estaba en juego, el marcador ya señalaba un 2-0 favorable a los bilbaínos. Demasiada ventaja como para aspirar a puntuar.

Garitano, pese a tratarse de una semana de tres partidos y de venir de una derrota en el Wanda, tiró de prácticamente el mismo once titular que puso en liza días antes ante el Atlético. Un único cambio, por tanto, en el bando bilbaíno. Yeray recuperó su sitio en el eje de la zaga en detrimento de Núñez.

Hubo otra variación táctica reseñable en el Athletic. Williams se pegó esta vez a la banda derecha mientras Raúl García hacía las funciones de falso nueve con Muniain, centrado, a sus espaldas. Una apuesta que le salió a pedir de boca pronto al entrenador rojiblanco ante un Espanyol que, con Machín en el banquillo, apostó por los tres centrales con dos laterales a modo de carrileros, dos pivotes, dos medios puntas y un delantero específico.

El sistema de contención visitante, sin embargo, saltó por los aires a las primeras de cambio. Muniain agarró un balón suelto en el área perica y batió a Diego López con un tiro cruzado. Tan solo se llevaban cuatro minutos de juego.


El 2-0 tampoco tardó demasiado en subir al marcador. El propio Muniain, tras una ocasión previa de Unai López, aprovechó un balón despejado por la zaga visitante para clavarlo en el fondo de la red de la portería de Diego López con una potente y colocada volea. El encuentro estaba encarrilado, bien encarrilado, en apenas 17 minutos.


El Espanyol, con todo perdido, tiró de orgullo, toque y paciencia para tratar de volverse a meter en el partido. Los leones, como suele ser habitual, fueron perdiendo sitio y balón hasta retrasar su línea defensiva hasta el límite del área de Unai Simón. El colegiado anuló entonces un gol de Bernardo a saque de falta lateral por entender, es de suponer, que el central visitante estaba en fuera de juego. No quedó muy clara esta acción, pese a que los pericos apenas la protestaron. David López puso poco después a prueba al portero del Athletic con un remate de cabeza que le obligó a sacar una buena mano.

Los pericos, con todo perdido, dieron un paso hacia delante tras el descanso. Campuzano puso pronto a prueba a Unai
Simón. Garitano, consciente de la situación, optó por meter a San José por Unai López. Córdoba estuvo a punto de marcar el tercer tanto local poco después.


Machín también empezó a tirar de banquillo. Ferreyra, Granero y Wu Lei saltaron al césped de manera paulatina. Larra hizo lo propio en el Athletic. Los leones eran conscientes para entonces de lo que podía suponer un gol para sus intereses. A favor era la sentencia. En contra, sufrir hasta el final. Muniain, en plena racha realizadora, firmó el tercer tanto con la colaboración involuntaria de Víctor Gómez a diez minutos del final. Campana y se acabó.



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