Ivana Trump, la primera esposa de Donald Trump, falleció este jueves a los 73 años, según informó el ex presidente estadounidense.
“Me entristece mucho informar a todos los que la querían, que son muchos, que Ivana Trump ha fallecido en su casa de Nueva York”, dijo el ex mandatario en un post en la plataforma de redes sociales Truth Social.
Criada en la Checoslovaquia comunista, Ivana Trump se asoció con Donald Trump en algunos de sus proyectos inmobiliarios más destacados.
La pareja se divorció en 1992. Tuvieron tres hijos juntos: Donald Jr., Ivanka y Eric.
“Ivana Trump fue una sobreviviente. Huyó del comunismo y abrazó este país. Enseñó a sus hijos sobre el valor y la resistencia, la compasión y la determinación”, dijo la familia Trump en un comunicado citado por ABC News.
Ni el comunicado de la familia Trump ni el mensaje del ex presidente mencionan la causa de su muerte.
DE LA CHECOSLOVAQUIA COMUNISTA A LA CUNA DEL CAPITALISMO
Criada en la Checoslovaquia comunista, de donde escapó en la década del ’70, Ivana primero vivió en Canadá y luego se traslado a Nueva York, lugar donde conocería a Donald Trump.
Con él no solo se casó sino que fue su socia en algunos de sus proyectos inmobiliarios más destacados. Ambos contrajeron matrimonio en 1977 y se divorciaron 15 años después, en 1992, a raíz del romance de Trump con Marla Maples, quien más tarde se convirtió en la segunda esposa del ex presidente y madre de su hija, Tiffany.
Con su segundo esposo, Rossano Rubicondi, 24 años más joven que ella,
En su libro, “Trump: The Art of the Deal”, Donald Trump se refirió a Ivana Trump como una “gran gerente” y la describió como “exigente y muy competitiva”. También la puso a cargo de administrar Trump’s Castle en Atlantic City, en lugar de contratar a un gerente general externo.
“Cuando se trata de administrar un casino, las buenas habilidades de administración son tan importantes como la experiencia de juego específica”, escribió el magnate. Y agregó: “Ella me dio la razón”.
Cuando la pareja finalmente llegó a un acuerdo, Ivana se fue con u$s 14 millones, además de otros beneficios como una enorme mansión en Greenwich, Connecticut.
Pese al divorcio, la ex modelo decidió quedarse con el apellido de su primer marido y desarrolló a partir de entonces una carrera polivalente en la que lanzó líneas de ropa, joyas y productos de belleza, escribió varios libros y colaboró en revistas.
Probó suerte con el matrimonio otras dos veces. Primero con Riccardo Mazzucchelli, luego con Rossano Rubicondi, 24 años más joven que ella, pero no tuvo suerte.
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