Por primera vez en los más de tres años desde que hizo pública su relación sentimental con Miguel Bosé y que tenían cuatro hijos en común, el escultor valenciano Nacho Palau ha alzado la voz en una larga entrevista publicada este miércoles en exclusiva por la revista Diez Minutos. En una charla que ocupa más de una docena de páginas de la publicación y va acompañada de fotografías tomadas en Chelva, Valencia, donde reside, Palau habla larga y abiertamente sobre cómo conoció a Bosé, cómo fueron sus más de 26 años de relación juntos, cómo fue la decisión de formar una familia o cómo viven, él y sus hijos. También comenta cómo es que los cuatro retoños que tuvieron en común vivan separados por más de 9.000 kilómetros y un océano. Los dos hijos que tuvo Bosé, Diego y Tadeo, residen con el cantante en México, mientras que los dos suyos, Ivo y Telmo, residen con él en Chelva.
A lo largo de toda la entrevista con la publicación, el discurso de Palau gira en torno a su lucha para que sus cuatro hijos puedan estar juntos, crecer y compartir una vida, pues es, según sus palabras, lo que Bosé y él pensaron hacer cuando decidieron formar una familia. En octubre de 2018 Nacho Palau dio a conocer mediante un comunicado su relación (entonces ya rota) con el cantante para hacer pública la noticia de que había iniciado “las acciones judiciales necesarias para la defensa y protección de sus intereses y, fundamentalmente, los de sus hijos menores”. Dos años después, en octubre de 2020, Palau perdía el juicio que le enfrentaba a Bosé por la demanda de filiación de sus dos hijos y por el que trataba de que se reconociera que los cuatro niños eran hermanos.
Ahora, Palau afirma que él sigue adelante insistiendo con el proceso legal. Bosé le ganó en el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Pozuelo de Alarcón, Madrid, pero ha apelado y llevado el caso a la Audiencia Provincial y, asegura, está a punto de fallarse la sentencia. “El juez tiene claro que Miguel y yo teníamos intención de crear una familia, de ser padres de cuatro niños y que esos cuatro niños iban a ser hermanos. Era un proyecto de familia en común. Eso el juez lo ha dado por probado. Lo que pasa es que nuestro sistema jurídico no permite esa filiación. Sí hay una filiación de hecho, pero no se puede declarar una filiación de derecho”, afirma Palau en Diez Minutos, donde además asegura que ha presentado “pruebas audiovisuales” donde Bosé reconoce su relación: “Habla de mí, de nuestro proyecto de formar una familia y de todo”. “El juez lo ve claro”, dice, “esas pruebas existen”. Por eso, afirma, le duele que Bosé niegue a sus hijos y le trate como a un “colega” y no como a su pareja durante un cuarto de siglo
El valenciano afirma que “por ahora no hay fecha para la resolución del recurso” pero que la Audiencia “no tardará” y que si lo rechazan acudirá al Supremo y después podría llegar incluso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, “hasta el final”. Él asegura que lo que conseguirá será “seguramente custodia compartida”. Dice que habría “fórmulas” para lograr que, si Bosé no regresa de México (él tiene pensado seguir en Chelva), los chicos, que ya tienen 10 años y llevan tres separados, se vean con más frecuencia: “Podrían estudiar un año aquí y otro allí, hay colegios internacionales… Yo estoy abierto a todo”.
Lo que explica él es que han recurrido a la Justicia “porque no se ha podido llegar a un acuerdo” entre la expareja, y que por tanto por el momento hay impuesto un régimen de visitas judicial que “consiste en que se vean todo el tiempo que se pueda: vacaciones de verano, Pascua, etc…”. Los cuatro chicos lo están cumpliendo, van y vienen de México a Valencia y viceversa, pero no les acompaña Bosé sino que viajan con “una persona que trabaja para él”, afirma Palau. Según su versión, los niños se ven constantemente por videollamadas e incluso “juegan juntos los fines de semana” en la distancia, pero explica que lo mejor llega cuando vuelven a estar juntos los cuatro, en los reencuentros: “Son muy bonitos, se abrazan los cuatro, me empiezan a contar sus batallas, ¡echan a correr para abrazarme! ¡Soy su padre!”.
Palau también da cuenta de la obsesión de Bosé por la seguridad, que hacía que los niños ni siquiera salieran a la calle. Cuenta que el cantante “ha cambiado mucho y empezó a cambiar cuando nacieron los niños”, y que el músico siempre imponía su criterio. “Quizá no solo fueron los niños, también su carrera pero a Miguel se le agrió el carácter”, reflexiona. Él sigue manteniendo buena relación con la familia del cantante. Lucía Dominguín acude a menudo a visitar a los niños y, asegura, Lucía Bosé, la ya fallecida madre del artista, iba a declarar en el juicio a su favor.
Además, en la entrevista repasa cómo fue su vida con el cantante. “Empezó como un cuento precioso y terminó como una historia de terror”, asegura Palau. Se conocieron cuando él tenía 19 años en el Palau de las Artes y “fue un flechazo para los dos”, asegura. Después Bosé le llamó, como un mes y medio después, y tuvieron su primera cita, después se fue a Madrid y acabaron viviendo en Extremadura, en una finca que compró el cantante, y allí pasaron “ocho o nueve años”. Palau —que iba a dedicarse a la escultura y la gemología— hizo “un curso de agricultor” y se dedicó a la finca, contratado por la empresa de Bosé, que le tenía en nómina. Después la Junta de Extremadura le dio una subvención y el la invirtió al completo en esa finca: “Y al final la finca se la quedó Miguel y no vi un duro. Para que luego digan que soy un aprovechado. Es cierto que con él nunca me faltó de nada, pero nunca me habrás visto vestido de Armani ni vivir a tutiplén”.
Más tarde, en 2016, se marcharon a vivir a Panamá. Ahí fue cuando rompieron como pareja y decidieron firmar un convenio privado. “En ese convenio no se me da nada, tan solo se detallan las condiciones que yo tenía en Panamá: el dinero que yo percibía al mes, 3.000 dólares, además de una nómina que ya tenía, un coche a mi disposición y un apartamento a 50 metros de la vivienda de Miguel para vivir yo solo en Panamá y evitar conflictos en casa. Firmo ese documento porque he firmado siempre lo que Miguel me ha puesto delante sin asesoramiento”, afirma Palau, que asegura que entonces la relación se había deteriorado mucho que que estaban “muy mal como pareja”: “[Bosé] era tremendo, nos llevábamos fatal”. “Miguel cuando es bueno es muy bueno y cuando es malo es el peor”, asegura
Es entonces cuando el escultor decide volver a Madrid, a una casa pagada por Bosé. Los niños se quedan en Panamá, él va dos veces al año y también cuando el cantante trabajaba, para cuidarles, por lo que él estaba tranquilo porque, aunque no conviviera con sus hijos, “la convivencia de los hermanos estaba asegurada”. Pero no llegan a un acuerdo, él contrata a un abogado que no se pone de acuerdo con los de Bosé: “Miguel quería siempre que las cosas fuesen como a él le parecía sin nada legal, así que cogió a los niños y se fue”.
”Los cuatro niños estaban pasando el primer período vacacional conmigo en Moralzarzal cuando él decide llevarse a Diego y a Tadeo a México. Y rompe la convivencia de los hermanos. Es cuando todo termina y yo me instalo con Ivo y Telmo en Chelva, Valencia”, recuerda Palau en Diez Minutos sobre la que fue la ruptura total con Bosé, con el que convivió durante 26 años.
También sobre esa relación habla Palau en la entrevista, explicando que él “no llevaba mal” el haber estado prácticamente oculto durante más de un cuarto de siglo y que su relación era “maravillosa” al principio, y por eso lo aceptó. “Al final sí lo pasé muy, muy mal. Él ha dicho que al final se desenamoró, se decepcionó, pero me ha pasado lo mismo que a él. Yo con Miguel me sentía arropado, protegido, era un tío maravilloso, divertido, con él lo he tenido todo, nunca me ha faltado de nada y nos hemos querido mucho y hemos sido felices. Pero cuando eso se deteriora y se termina…”, reflexiona.
En lo económico, él explica que no le ha pedido nada al cantante, ni para él ni para los dos hijos que tiene a su cargo, aunque las diferencias que tienen los niños con sus hermanos son evidentes. “Una vez se acaba la convivencia de los menores, no le pido nada. ¿Tú le negarías el pan a tus hijos sabiendo que tienen necesidades? Yo no le pido, él sabe lo que hay… Si no sale de él, yo no le pido nada, mantendré a los niños y haré por ellos todo lo que pueda”. Los niños ya llevan tres separados “y claro que notan las diferencias”. “Lo ven, lo escuchan… yo no voy diciendo que no tengo dinero y Miguel sí, pero ellos lo ven y saben el esfuerzo que hago. Y que les digo apagad las luces, no te puedo comprar esto y lo otro…”. Además, él no exige una retribución económica por esos años de relación ni por cuidar de sus hijos. “Creo que a mí no me tiene que dar nada. Yo lo hago para que los niños vivan juntos. Yo he demostrado que puedo trabajar en cualquier cosa, no se me caen los anillos, soy feliz y me encanta trabajar. Yo he trabajado en una residencia de ancianos en medio de una pandemia y fue muy complicado. Después me puse a trabajar en una fábrica de embutidos y eso no es duro ¡es durísimo!, con mis problemas de espalda, cargar, transportar… Yo trabajo, no tengo ningún problema ni me avergüenzo de nada. No tengo una vida perniciosa, solo quiero mantener a mis hijos, que estén juntos, como sea y donde sea. Para mí no quiero absolutamente nada”
Palau evita hablar mal de Bosé como padre, aunque sí deja una ligera crítica al negacionismo del que ha hecho gala durante los tiempos de la pandemia el cantante. “Yo respeto su forma de pensar, pero no la comparto, yo estoy vacunado y voy a vacunar a Ivo y Telmo. No sé lo que hará Miguel con Diego y Tadeo”, asegura el valenciano. “Me parece un poco heavy que una persona como él, con una repercusión social, sea tajante en un tema como este, que pueda hacer que otras personas duden o tengan miedo. No lo entiendo”.
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