Grupos israelíes de extrema derecha marcharán el martes por la Ciudad Vieja de Jerusalén Este y sus alrededores en una procesión en la que ondearán banderas y que puede avivar la tensión con los palestinos en la ciudad y la violencia entre Israel y los milicianos en Gaza.
Varias horas antes de que comenzara el evento, globos incendiarios lanzados desde Gaza provocaron varios incendios en campos de comunidades israelíes cercanas a la frontera con el enclave palestino, dijeron testigos y bomberos israelíes.
Estos incidentes habían parado con el cese del fuego que puso fin el mes pasado a 11 días de combates transfronterizos entre los milicianos palestinos de Gaza, gobernada por Hamás y el Ejército israelí.
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Los manifestantes esperan atravesar la Ciudad Vieja amurallada de Jerusalén, que alberga santuarios sagrados para el judaísmo, el islamismo y el cristianismo, y es el lugar más sensible en el conflicto palestino-israelí.
Pero una ruta de calles bloqueadas publicada por la policía mostró que los manifestantes no pasarían por la Puerta de Damasco, la principal entrada al barrio musulmán, en un aparente intento de las autoridades israelíes de evitar roces con los palestinos.
Las facciones palestinas, que califican la marcha como una “provocación”, han convocado a un “día de la furia” en Gaza y en la Cisjordania ocupada por Israel.
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La marcha original fue desviada para evitar el Barrio Musulmán de la Ciudad Vieja el 10 de mayo, cuando la tensión en Jerusalén llevó a Hamás a disparar cohetes hacia la ciudad santa, contribuyendo a desencadenar 11 días de combates mortales.
Los derechistas israelíes acusaron a su gobierno de ceder ante Hamás al cambiar su recorrido y volvieron a programar la procesión después de que se consolidó una tregua en Gaza.
La marcha supone un desafío inmediato para el nuevo primer ministro israelí, Naftali Bennett, quien tomó posesión del cargo el domingo y puso fin al largo mandato de Benjamín Netanyahu.
El ministro de seguridad interior de Bennett aprobó la marcha el lunes.
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El Ejército israelí se ha preparado para una posible escalada en Gaza a causa de la marcha, informaron medios de comunicación israelíes, y la embajada de Estados Unidos en Jerusalén prohibió a sus empleados y a sus familias entrar en la Ciudad Vieja este martes.
Los palestinos quieren que Jerusalén Este, que incluye la Ciudad Vieja, sea la capital de un Estado que pretenden establecer en Gaza y la Cisjordania ocupada.
Israel, que anexó Jerusalén Este sin un reconocimiento internacional tras capturar la zona en una guerra de 1967, considera toda la ciudad como su capital.
Con información de Reuters
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