Nadal: “Las sensaciones no son las ideales”


Todo iba sobre ruedas, hasta hace diez días. Entonces, Rafael Nadal comenzó a sufrir un dolor en la zona lumbar y, pese a participar en una exhibición en Adelaida, tocado, luego no pudo competir en la ATP Cup con el equipo español. No es, por tanto, la situación deseada por el campeón de 20 grandes, que debutará el martes frente al serbio Laslo Djere y en el trazado hacia ese duelo completará la enésima carrera contra el reloj. No hay alarma, sino por encima de todo precaución. El balear mima su espalda y transmitió sus sensaciones en el preámbulo del major que arranca la próxima madrugada en Melbourne.

“Hasta hace diez días, casi todo era perfecto. Pero dos o tres antes de jugar [la exhibición] en Adelaida empezaron los problemas, aunque tenía un compromiso y no quería romperlo”, introdujo el mallorquín con tono serio. “Había hecho una pretemporada progresiva y las cosas estaban saliendo realmente bien. Llegué aquí muy bien, pero después ha pasado esto y las buenas sensaciones se convirtieron en problemas. Cuando llevas los diez últimos días sufriendo y encima no puedes entrenar con la intensidad que te hubiera gustado, las sensaciones pasan a ser más complicadas”, continuó.

Preguntado sobre cuál era exactamente la dolencia, Nadal (34 años) subrayó que le afecta sobre todo el sacar. “Tengo un músculo que se tensa y no me deja hacer el movimiento con libertad. No me deja desarrollar el movimiento al cien por cien ni forzar”, precisó. No obstante, en su último entrenamiento —supervisado por Francis Roig, el técnico que le acompañará estos días— volvió a probar la maniobra y percibe una evolución positiva. “Hoy he vuelto a sacar después de unos días y me he encontrado mejor, pero se me iba cargando un poquito”, explicó.

“No es un problema grave, porque me he hecho las pruebas pertinentes, pero no he mejorado todo lo que me gustaría. Estamos en una situación complicada, en la que no me hubiera gustado estar; pero dicho esto, no renuncio a nada y voy a tratar de darme la oportunidad de poder competir. El objetivo es llegar lo mejor posible al martes. Estoy preocupado, pero tengo experiencia en esto. Lo único que puedo hacer es intentar llegar lo mejor posible”, amplió el español, que aterrizará en el Open de Australia sin haber disputado ningún partido previo.

No es una situación nueva, puesto que el de Manacor no ha podido hacerlo tres de los cuatro últimos años. La última vez que se le vio competir fue el pasado 22 de noviembre, cuando cayó en las semifinales de la Copa de Maestros contra el ruso Daniil Medvedev. Posteriormente, Nadal completó la pretemporada en su academia —”llevo un buen bagaje detrás— y el 14 de enero voló hacia Adelaida, donde completó la cuarentena que exigían las autoridades a todos los tenistas. Disfrutó de la presencia de 4.000 personas en las gradas de la exhibición y después presenció la ATP Cup desde la barrera.

“Las sensaciones no son las ideales, pero como llevo muchas semanas haciendo las cosas bien, si pudiera jugar con más o menos libertad creo que puedo llegar a sentirme bien”, concluyó en una conferencia telemática que se ciñó casi estrictamente al estado de su espalda.


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