El anuncio del vicepresidente segundo de la Generalitat, Rubén Martínez Dalmau, de abandonar el Gobierno Valenciano, sin ser esperado, tampoco ha extrañado. Las desavenencias con la dirección de su partido, Unides Podem, han supuesto un desgaste que para Dalmau tiene un límite. El desencuentro comenzó cuando el vicepresidente apoyó a Naiara Davó, entonces portavoz de la formación en las Cortes valencianas, en su pugna en las primarias contra Pilar Lima, que resultó vencedora. A partir de ahí, ha habido dos momentos claves, el relevo de la propia Davó de la portavocía en el parlamento valenciano y las diferencias para la designación de quién debe ocupar la secretaría autonómica de Justicia. El hecho es que las diferencias han acabado con un partido dividido en dos.
Davó considera que Dalmau, en su puesto de vicepresidente segundo y consejero de Vivienda, no ha contado con todo el apoyo que necesitaba. “Para llevar a cabo una tarea política en un Gobierno de coalición se necesita mucha coordinación y mucho apoyo del partido. Y no ha tenido todo el apoyo necesario”. La exportavoz, quien califica de “valientes” las políticas de vivienda implantadas por el consejero, sostiene que Dalmau se ha centrado en la gestión y no en las políticas internas de partido, de quien debería haber recibido aval y apoyo: “Hubiera sido lo normal”. Naiara Davó mantiene la esperanza de que pueda haber una marcha atrás. Que la dirección reconsidere el enfrentamiento y que Dalmau, que cuenta con la confianza del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien no tiene la intención de correr en la gestión del relevo, sobre el que tiene competencias, reconsidere su marcha.
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Sin embargo, el pasado y el contexto no dejan entrever una posible reconciliación. Fuentes de la dirección de Podemos no quisieron este sábado entrar a valorar la decisión de Dalmau, pese a que la propia secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha tratado de mediar en él. Ven dos facciones con muchas dificultades para llegar a un acuerdo.
No es la primera vez que la dirección ha de intervenir en los encontronazos de Podem en la Comunidad Valenciana. La decisión de Pilar Lima de relevar a Davó de la portavocía parlamentaria y hacerse con el cargo una vez elegida coordinadora general, pese a haber apostado por un reparto de los poderes orgánico, institucional y ejecutivo, acabó en el Comité de Garantías. Este concluyó que hubo una “falta de garantías procesales” para realizar una votación “en igualdad de oportunidades” y que la votación supuso un refrendo a la propuesta de cambio que hizo la ejecutiva, sin posibilidad de poder plantear otras candidaturas pero, aun así, avaló la elección de Lima, que ha contado con el refrendo del ahora ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
El anuncio de la intención de Martínez Dalmau ha afilado las uñas a los contrarios al pacto del Botánico. El portavoz de Vivienda del grupo popular, Alfredo Castelló, ha acusado al vicepresidente segundo de “huir” ante “el fracaso de las políticas de vivienda”. A través de un comunicado, ha pedido al jefe del Consell que “aproveche y suprima” la consejería de Vivienda, que “solo ha servido como granero de altos cargos”. Por su parte, la síndica de Ciudadanos en el parlamento valenciano, Ruth Merino, ha aprovechado para calificar el Gobierno del Botánico de “una jaula de grillos” y considera que existe “una gran fractura interna” entre los diferentes partidos que lo conforman. “Esta inestabilidad la van a acabar pagando todos los valencianos”, ha apuntado.
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