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Netanyahu roza la victoria en Israel gracias al auge de la ultraderecha

Netanyahu roza la victoria en Israel gracias al auge de la ultraderecha

En las elecciones del “Bibi, sí; Bibi, no”, Israel ha votado sí. El escrutinio del 97% de las papeletas de los comicios celebrados este martes otorga una cómoda mayoría al bloque de Bibi ―como se conoce popularmente al ex primer ministro y líder del partido conservador Likud, Benjamín Netanyahu― sobre la amplia coalición liderada por el centrista Yair Lapid que le arrebató el cargo el año pasado. La clave es el éxito de la lista ultraderechista y racista Sionismo Religioso, que salta en solo un año de seis a 14 de los 120 diputados del Parlamento, la Kneset. Israel se encamina a devolver al poder al dirigente que más tiempo lo ha ostentado, 15 años, y a resolver el bloqueo político que ha motivado cinco elecciones en tres años y medio. Es el país que más ha ido a las urnas desde 1996, cada 2,4 años.

El escrutinio, difundido la mañana de este miércoles, agranda la ventaja del bloque de Netanyahu sobre sus rivales respecto a la que apuntaban anoche los sondeos a pie de urna. No obstante, en un sistema electoral como el israelí, el resultado puede cambiar hasta la última papeleta, como subrayó la noche del martes el primer ministro Lapid. Es necesario un 3,25% de votos para entrar en el Parlamento y cruzar el umbral da automáticamente cuatro escaños que pueden voltear el mapa político. Uno de los partidos árabes, Balad, lo roza según avanza el conteo y la izquierda pacifista de Meretz está justo en el límite.

El recuento da la victoria al Likud con 31 escaños, uno más que en las elecciones de hace un año. Las otras tres listas del bloque pro-Netanyahu suman 34 diputados, con lo que obtienen 65 de los 120 escaños.

Una de ellas, Sionismo Religioso, se convierte en la tercera fuerza de la Kneset. Ha sido la más beneficiada por la alta participación: un 71,3%, la mayor desde 2015. “Haré todo lo posible para formar un Gobierno plenamente de derechas. En beneficio de todos, también de aquellos a los que no les gusto”, ha declarado este miércoles a la televisión su número dos, Itamar Ben Gvir, la sensación de la campaña y quien marcaba al resto de las fuerzas de qué se hablaba y cómo.

Ben Gvir es discípulo de Meir Kahane ―el rabino estadounidense-israelí cuyo partido, Kaj, fue ilegalizado y designado organización terrorista en Israel― y defiende la pena de muerte para los “terroristas” (entre los que incluye a quien lance un cóctel molotov), expulsar a los ciudadanos “desleales”, como los que tiren piedras, y otorgar la inmunidad a soldados y policías. Hasta hace poco tenía en su salón un retrato de Baruj Goldstein, el colono que en 1994 entró en la mezquita de Hebrón durante el rezo y asesinó a 29 palestinos al abrir fuego contra la multitud.

El partido ultraortodoxo sefardí Shas sube notablemente, de nueve a 12 escaños, y el askenazi Judaísmo Unido de la Torá, de siete a ocho.

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SuscríbeteSeguidores de Poder Judío, el partido de Itamar Ben Gvir y parte de la lista Sionismo Religioso, celebraban el resultado de los sondeos a pie de urna, el martes en Jerusalén.JALAA MAREY (AFP)

El bloque gubernamental desciende a 50, pese al crecimiento (de 17 a 24) del partido de Lapid, Yesh Atid. Unidad Nacional, liderada por el ministro de Defensa, Benny Gantz, reduce su presencia (12) respecto a los 14 que obtuvieron por separado en 2021 los dos partidos que la integran, Azul y Blanco y Nueva Esperanza. E Israel Beitenu, del titular de Finanzas, Avigdor Lieberman, cae de siete a cinco. Son dos exsocios de Netanyahu que cambiaron de bando.

El histórico Partido Laborista salva los platos al superar el umbral del 3,25%, pero su líder, la conocida periodista Merav Mijaeli, ha quedado lejos de su objetivo de sacar de la irrelevancia a la formación, que dirigió el país durante sus tres primeras décadas. Tendrá cuatro escaños, el mínimo.

Tampoco la veterana Zehava Gal-On ha logrado resucitar a un Meretz aún lastrado por los estigmas y las luchas internas. Si finalmente queda fuera del Parlamento sería un duro golpe para la formación al tratarse de la primera vez. En 2021 entró en el Gobierno tras dos décadas en la oposición.

La Lista Árabe Unida gana un escaño y se sitúa en cinco, en un refrendo a su decisión de convertirse en el primer representante de la minoría palestina con ciudadanía israelí en entrar al Gobierno desde la creación del país en 1948. También logra cinco diputados otra lista árabe, Hadash-Taal, situada fuera de los bloques.

Un simpatizante de Yesh Atid reaccionaba a la difusión de los resultados de los sondeos a pie de urna, el martes en Tel Aviv.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)

Netanyahu compareció pasadas las tres de la madrugada en el Centro Internacional de Convenciones de Jerusalén, donde se habían ido concentrando sus seguidores tras conocerse los datos de los sondeos a pie de urna. “Hay que esperar a los resultados finales, pero estamos a punto de una gran victoria”, declaró con voz ronca y acompañado de su mujer, Sara, sobre un escenario decorado con pósteres con el lema “solo el Likud puede”.

El ex primer ministro hizo un discurso aparentemente dirigido a tranquilizar tras el auge de su aliado de ultraderecha. Dijo que pretende formar un Gobierno que “se preocupe de todos sus ciudadanos sin excepción” ―lo que incluye a la minoría árabe, en el punto de mira de Sionismo Religioso― y que hará una “política equilibrada y responsable”. “Está claro que el pueblo quiere un cambio. No quiere debilidad, sino fuerza, y quiere devolver el orgullo nacional y un Estado judío”, señaló. Los apenas 200 seguidores que quedaban a esa hora le interrumpieron en varias ocasiones con cánticos como “¡Vuelve Bibi!”, “¡Bibi fuerte!” y “¡Bibi, rey de Israel!”.

Seguidores del Likud, tras el anuncio del resultado de los sondeos a pie de urna, el martes en Jerusalén.MENAHEM KAHANA (AFP)

“Ha llegado de nuevo nuestro turno”, decía Tami Cohen, de 67 años y activista del partido en Tel Aviv, mientras esperaba a Netanyahu. A Cohen, ataviada con una camiseta con la frase “un líder para un futuro seguro”, le preocupaba poco que el reforzado Sionismo Religioso pueda imponer su agenda al Likud, que solo crece en un escaño respecto a 2021. “Ellos también suman al bloque. Y ahora lo que necesitamos es un Gobierno fuerte que nos devuelva la seguridad y la calma”, argumentaba.

Shai Dayán mostraba con orgullo los 11 grupos de WhatsApp, con unos 2.500 miembros en total, con los que el Likud ha movilizado a los taxistas. Es, a sus 44 años, el líder de la rama del partido para este colectivo profesional. “Hay mucho trabajo detrás de este resultado. Muchas llamadas, muchos wasaps… Hasta llevé a mi madre en silla de ruedas hasta la urna. No me sorprende. Esperaba incluso tres diputados más”.

Ahora, Netanyahu puede formar una coalición 100% de derechas, pero esa es su “mayor pesadilla” y por eso ha intentado siempre gobernar con alguien a su izquierda, señalaba el abogado y columnista cercano a la derecha colona Nadav Haetzni, el martes en el diario Israel Hayom. “El único motivo por el que la quiere ahora es por la posibilidad teórica de que le permita detener su juicio”, señalaba en referencia a las tres causas de corrupción por las que es juzgado. Sus detractores dan por hecho que Netanyahu ansía retomar el poder para aprobar una ley que lo blinde mientras ostente el cargo.

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