Neymar despierta al PSG de la siesta en Lorient

Juegue mejor o peor, con más o menos suerte, el PSG siempre gana. O casi siempre. En Francia no le tose nadie. Neymar se encargó de concretar el triunfo ante el Lorient con un gol y una asistencia a Danilo (1-2) para consolidar al campeón francés en la primera plaza. Con la ausencia de Messi, Christophe Galtier recuperó el 3-4-1-2, con tres centrales en un partido en el que poco a poco se empezó a ver que la prioridad de muchos es el Mundial.

No fue la mejor carta de presentación para vender la Ligue 1 al exterior, ahora que tanto se habla de la importancia de crecer a nivel internacional para equilibrar las fuerzas con otras ligas europeas. Sin Messi, con molestias, el PSG no fue más que un equipo discreto en una tarde de carácter burocrático. El Lorient, también contagiado de ese ritmo parsimonioso, tampoco contribuyó a que el choque entrara en combustión.

El primer tiempo concentró toda su información en cinco minutos. Neymar provocó un error infantil del arquero rival, enredado con el balón, y tras el robo Ekitike asistió al brasileño para que este, después de un regate en seco, estableciera el 0-1. El colmo de la mala suerte fue que Mvogo se retiró lesionado tras chocar fortuitamente con un central. Parapetado atrás, al Lorient le costó asomarse con verdadero peligro a Donnarumma.

Cansado como reconoció Christophe Galtier en la previa, el PSG tampoco hizo más de la cuenta. Ekitike, relevo de Messi, evidenció que le falta un punto de cocción. Se ha quejado del poco protagonismo que tiene, pero cuando juega no aporta suficiente. Relajado como estaba, el PSG recibió un zarandeo en una buena jugada del Lorient, definida por Moffi tras una triangulación entre Le Goff y Le Fee: 1-1. Poco después, el cuadro local rozó la remontada.

A pesar de que el PSG recuperó el control de la escena, se encontró con un frontón en Lorient. A través del juego no hubo opción alguna. En la estrategia, en cambio, firmó el triunfo. Un córner bien servido por Neymar dio con un Danilo que en el juego aéreo es superior al resto. Su cabezazo, portentoso, cerró tres puntos sufridos y sin brillo. Con prisas y a lo loco, el campeón también sale airoso para reafirmarse en lo más alto de la tabla.