Acostumbrado al ruido y al foco mediático, Neymar no sabe vivir a la sombra de nadie por mucho que ese alguien se llame Mbappé. El brasileño quiere también su espacio y su cuota de protagonismo, reclamada desde que empezó la temporada. De momento es el mejor futbolista de Christophe Galtier, quien aseguró en su presentación que cuenta con el ex del Barça a pesar de que el PSG caviló su venta este verano en caso de que llegara una buena oferta.
Como en la primera jornada, Neymar volvió a marcar anoche otros dos goles al Montpellier. El primero de penalti, después de que su compañero Mbappé fallara uno anteriormente. Al brasileño, un tipo con carácter, no parece gustarle que su entrenador expresara públicamente que a priori el encargado será el francés y no él. En Twitter, tras el partido, desató la polémica al darle repercusión a perfiles de aficionados que denunciaban esa situación.
Aunque no se sabe si es Neymar o su gente de confianza la que gestiona las redes sociales del futbolista, lo cierto es que esta es otra prueba irrefutable del problema de ego que hay en el vestuario del PSG: “Que Mbappé sea el primer ejecutor tiene que ver con el contrato que firmó para quedarse. Era una de sus condiciones. En otro club Neymar nunca sería una segunda opción”, expresó uno, respaldado por el cómplice ‘me gusta’ del futbolista.
Indiscutiblemente Neymar quiere más galones ahora que las cosas le vuelven a ir bien, reconciliado con la grada parisina. A pocos meses para el Mundial, quiere ofrecer buena imagen y llegar a Qatar en las mejores condiciones. Sentirse importante, en otras palabras, y refrendar sobre el terreno de juego que no está dispuesto a ser un actor secundario mientras Mbappé se lleva todos los titulares. La polémica de los penaltis no será la última.