Las Águilas de Filadelfia están de regreso en el Super Bowl tras coronarse campeones de la Conferencia Nacional con la aplastante victoria 31-7 sobre los 49ers de San Francisco, que plagados de lesiones y castigos no fueron capaces de conseguir el triunfo en el Lincoln Financial Field en Pensilvania.
Fili, comandados por el mariscal de campo Jalen Hurts, quien lanzó para 121 yardas y una anotación por tierra , y ya esperan rival del duelo entre Bengalíes de Cincinnati y Jefes de Kansas City este mismo domingo, para jugar el Super Bowl LVII en Glendale, Arizona.
El esperado campeonato de la NFC abrió en favor de los locales pero no sin polémica, luego de que en una cuarta oportunidad y corto, Hurts encontrara en una trayectoria larga a su receptor estrella DeVonta Smith en lo que parecía ser una recepción extraordinaria. Sin embargo, al ver la repetición, se apreció que el balón tocó el terreno de juego, pero al haberse jugado el siguiente snap, la marcación inicial se mantuvo.
Con excelente posición de terreno, solo tomó dos jugadas para que Miles Sanders acarreara el balón seis yardas hasta las diagonales y marcara el 0-7 en favor de los Eagles.
Pero la verdadera tragedia para San Francisco ocurrió a la ofensiva, cuando en apenas la sexta jugada de la serie, el mariscal de campo Brock Purdy fue capturado por Haason Redick y soltó el balón para devolver el ovoide a Filadelfia.
Purdy abandonó el encuentro por lesión en el codo debido al golpe recibido y obligo a San Francisco a jugar gran parte del partido con su cuarto mariscal de campo en la temporada.
Las siguientes cinco series fueron para las defensivas de ambos equipos, que forzaron los despejes y no permitieron mayor daño en el marcador.
Los Niners, ya bajo el mando del veterano Josh Johnson, finalmente pudieron hilar una buena serie, que con un acarreo de 23 yardas, y en un esfuerzo personal destacable, el corredor estelar Christian McCaffrey igualó el juego a siete a pesar de un claro dominio por parte de los locales.
Sin embargo las Águilas llegaron a la postemporada como el mejor equipo ofensivo de toda la NFL, título que hicieron notar tras responder con su segunda anotación del juego, nuevamente por la vía terrestre con Sanders.
Johnson, que pesar de su experiencia en la liga nunca había tomado el emparrillado en estas instancias, cometió un costoso error en su siguiente serie al soltar el balón durante el centro, devolviendo la posición a Hurts. No tomó ni un minuto a Filadelfia responder con una anotación de Boston Scott para irse al descanso 7-21.
Ya en el tercer episodio la mala suerte de San Francisco se mantuvo, cuando en una jugada idéntica a la lesión de Purdy, Johnson también abandonó el partido, dejando a los Niners en una posición complicada al no tener más mariscales de campo disponibles.
Antes del final del cuarto Filadelfia volvió a timbrar en la zona de anotación luego de que un castigo en el despeje, por golpear al pateador, les regalara la primera oportunidad. Filadelfia aprovechó y fue el propio Hurts quien en una jugada personal llevó el balón una yarda y marcando un dominante 7-28 en la pizarra.
En el último cuarto Purdy regresó al encuentro, pero incapaz de lanzar con contundencia, se limitó a entregar el balón a los corredores y pasar únicamente en trayectorias cortas en solo un par de ocasiones. Fili volvió a marcar pero ahora de la pierna de Jake Elliott, que con el gol de campo alejó a su equipo a 7-31.
San Francisco recurrió incluso a McCfarrey para cubrir la posición de quarteback, pero un balón suelto de Deebo Samuel en la siguiente serie oficialmente sentenció el juego y dio el pase al Super Bowl a las Águilas, que regresan al juego por el trofeo Vince Lombardi por primera vez desde 2018, cuando vencieron 41-33 a los Patriotas de Nueva Inglaterra en la edición LII.
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