Récord de asistencia en el nuevo San Mamés. Los 49.316 aficionados que ayer se dieron cita en el moderno estadio bilbaíno batieron la marca establecida hasta el momento. Marca que se remontaba al choque de cuartos de final de Copa ante el Barça celebrado el 6 de febrero de 2020. 49.154 presenciaron entonces en vivo el triunfo por 1-0 de los leones ante el Barça.
Jon Uriarte, presidente del Athletic, ya había dejado claro en los micrófonos de DAZN antes del inicio del choque que a la afición rojiblanca los partidos que más le gustan son los que enfrentan a los leones con Barça y Real Madrid, duelos entre los tres clubes que todavía pueden presumir de haber estado siempre en Primera.
El récord de asistencia viene a dejar patente además el buen trabajo que está llevando a cabo la actual directiva de cara a fomentar la asistencia a San Mamés y que no se queden asientos vacíos. No estaría mal que pusiesen un empeño similar de cara a los choques de Lezama, aunque lo del Bilbao Athletic, deportivamente hablando, siga sin haber por dónde cogerlo.
Misión imposible
La anterior visita del Real Madrid a San Mamés se había saldado con victoria del Athletic y clasificación para las semifinales de Copa. En Liga, sin embargo, los leones se presentaban ayer con un bagaje de siete clásicos consecutivos sin hacer doblar la rodilla a los merengues en el estadio bilbaíno. Había que remontarse al espectacular gol de cabeza de Aduriz a pase de Mikel Rico para dar con el gol de aquel último triunfo rojiblanco en campo propio.
De aquel choque de liguero disputado en la temporada 2014-15 tan solo repitieron ayer cuatro protagonistas por cada bando. De Marcos e Iñaki Williams, al igual que ayer, fueron titulares en aquella ocasión; lo mismo que Muniain y Balenziaga, solo que estos dos ocuparon esta vez plaza en el banquillo de inicio.
En lo que respecta al Real Madrid, el único que formó en el cuadro blanco aquella ya lejana tarde y que repitió en esta noche dominical fue el ahora capitán Benzema. Kroos fue esta vez suplente y su compañero Nacho, al contrario porque ayer fue de la partida y entonces se pasó todo el choque en el banquillo. Tanto el francés como el alemán, por cierto, dejaron esta vez huella de su impronta goleadora.
Este clásico solo sirvió a nivel estadístico para prolongar un año más la racha de encuentros en los que el Athletic es incapaz de tumbar al Madrid en San Mamés en Liga y, de paso, para incrementar hasta 17 el número de goles que lleva marcador Benzema a los leones. Otra vez tendrá que ser.