Ni con LeBron ni con Davis. Los Blazers lo ratifican: los Lakers no dan para más

Ni con LeBron ni con Davis. Los Blazers lo ratifican: los Lakers no dan para más

Lo dieron todo, absolutamente todo los Lakers. Exhibieron mucho, mucho carácter, para remontar desventajas de hasta 11 puntos, mucha defensa. LeBron James, en su plan de someterlo todo a su voluntad, se apuntó 31 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias. El recuperado para la causa Anthony Davis se embolsó 22 tantos, 10 capturas y 3 pases de canasta y opuso una defensa mastodóntica con hasta 6 tapones. Pero, tras caer contra dos candidatos al anillo como Warriors y Clippers, un adversario aspirante a play-offs como ellos, unos Portland Trail Blazers al dictado de un apoteósico Damian Lillard con 41 puntos, les confirmaron su tercera derrota en tres partidos y su realidad: por lo menos por ahora, no dan para más (104-106). 

Entusiasmada la numerosa parroquia ‘laker’, a punto de redondear una tarde de domingo con la primera victoria de los suyos, Jerami Grant anotó el definitivo 104-106 a falta de tres segundos y LeBron, que no puede llegar a todo, erró el lanzamiento decisivo después de haber forzado el 104-104 en un choque que los Lakers ganaban de 7 a 1:52 para el final. Se repitió la que parece que también va a ser la constante esta temporada en la franquicia angelina a menos que haya movimientos en el mercado: otra infame serie de tiro de Russell Westbrook, (10 puntos tras un 4/15) y otra espantosa racha de triples (18% con 6/33). 

A los Lakers hay que reconocerles que, por difícil y dolorosa que sea su realidad, hacen todo lo que pueden para adaptarse a ella.  En ausencia de talento, necesitan defender con tanto orden como pasión, correr para producir. Se aprecia con claridad cómo, ante la escasez de recursos ofensivos más allá de LeBron, Davis y un Lonnie Walker IV que insiste en ser la sorpresa agradable en estos Lakers -15 puntos-, abundan las variantes defensivas con 2×1, defensa de cambios, ayudas constantes para tapar las penetraciones… 

Con semejante derroche físico y táctico, el equipo de Darvin Ham dejó a los Blazers en un 44% en tiros de campo, 19 asistencias frente a las 26 de los Lakers y sólo 38 puntos en la pintura contra los 66 de la franquicia angelina con un autoritario Anthony Davis que se forró ante Nurkic. El problema es que todo ese esfuerzo es en vano cuando te quedas también en un 44% en lanzamientos de campo y, sobre todo, ese paupérrimo 18% en triples ante un rival un decente 37%. 

Sin un base de confianza, los Lakers se ven obligados a jugar mucho uno contra uno, a abrir al hombre liberado al perímetro con la atracción generada por LeBron y Davis, a tirar mucho de tres. Pero la falta de amenaza exterior -ni ‘Bron’, con un 2/9 desde el perímetro-, repercute en todo lo demás, en que ni ‘King’ ni Davis, gocen del ‘spacing’ adecuado porque se les echa encima una jauría de jugadores rivales, que no dudan en dejar más liberado el perímetro. Significativa fue la imagen de Nurkic flotando de manera descarada más allá del arco a Davis, con un 0/3. Aún así, LeBron y Davis tienen capacidad de anotar, pero el resto, sin tiro para empezarm no se puede beneficiar de los espacios que crean. 

El inicio de los Lakers, como contra los Clippers, fue efervescente en el sentido más amplio de la palabra. Arrollaron a los Blazers con un parcial inicial de 10-2 con una enérgica defensa y luego se diluyeron. Otro de los problemas de estos Lakers es que se vienen abajo con un soplido, el de Lillard. La superioridad de los de Ham duró hasta que se puso en plan All-Star el base. Con el difícil proyecto en mente de ganar el anillo con su franquicia de toda su vida -aunque más realista por ahora que se lo enfunden los de oro y púrpura-, Lillard repitió los 41 puntos de los Suns para elevar el caché de Portland, con tres victorias de tres. 

Con 14 tantos suyos en el primer cuarto, los de Chauncey Billups se fueron ya 24-32 al final de ese primer parcial y mantuvieron todo bajo control (48-55 al descanso) hasta la irrupción de LeBron, 21 de sus 31 tantos en la segunda mitad. Los Lakers, con orgullo y sin disimulo, se entregaron a él, base, triplista, reboteador y todo lo que se le pidiera mientras Davis y la defensa hacían el resto. Un fulgurante parcial de 10-0 situó a los de oro y púrpura 83-78 al final del tercer cuarto y la ventaja era de 7 a falta de 1:52 (102-95). 

Fue entonces cuando los Lakers se volvieron a venir abajo antre Lillard. Tras otra ‘piedra’ de Westbrook, triple del astro de Portland sobre bote a falta de 12 segundos (102-104), penetración de LeBron y otra de Grant para acabar y decidir. Intensos y ordenados, los Lakers ya son lo que Darvin Ham quiere. Pero siguen sin ser ellos. 




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