No fue cuestión de sistemas, ya lo dijo Imanol en rueda de prensa. La Real se cayó con todo el equipo en un Mestalla sufridor y entregado, y no pudo ni supo atacar a un rival sin demasiadas certezas, ni tampoco defenderse de sus pocas virtudes ofensivas contrastadas.
El oriotarra apostó por la continuidad del 4-3-3 de inicio con Barrenetxea de lateral pese a tener ya a dos perfiles naturales para esa demarcación en la convocatoria. No funcionó. Como viene siendo habitual, el sistema, ayudado por el nivel de muchos jugadores, desnudaba la zona medular realista ante la pérdida de balón, permitiendo al Valencia hacer daño una y otra vez al contragolpe, por dentro o por fuera. Un Barrene “cansado y superado” según Imanol, no pudo detener a su par, pero tampoco fue lo más dramático.
Cambio sin éxito
El técnico realista cambió rápido a los dos laterales para el segundo tiempo, y también el esquema, volviendo al rombo. Doble punta, un enganche, nada de extremos y sí cuatro centrocampistas. Pues ni así.
Illarramendi, Carlos Fernández, Aihen, Sola y el distinto dibujo no ayudaron a que los Sorloth, Merino, Oyarzabal renacieran con sus nuevas funciones. El equipo continuó siendo plano en ataque, teniendo que buscar golpeos con aroma a rifa, y curiosamente siguió sufriendo con las transiciones ofensivas del Valencia, ahora solo por fuera.