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Nick Mohammed, actor, guionista, mago y villano en la serie más feliz del momento

Cuando en febrero de 2020 el canal británico Sky One estrenó la primera temporada de la comedia Intelligence, su creador no podía imaginar que para la llegada de la segunda entrega (que COSMO emite los martes a las 22.00; también disponible bajo demanda) estaría compitiendo en atención mediática con el mismísimo David Schwimmer, protagonista de una comedia por primera vez desde el final de Friends. En Intelligence, Schwimmer interpreta a un agente de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) que aterriza en el departamento de cibercrimen del servicio secreto británico (GCHQ). La personalidad del prepotente analista estadounidense Jerry contrasta allí con el caótico y peculiar equipo del que forma parte Joseph, interpretado por Nick Mohammed, también creador, guionista y productor de la serie.

Lo que ha ocurrido entre la primera y la segunda temporada de Intelligence para que Mohammed (Leeds, Reino Unido, 41 años) haya captado la atención de los medios es el éxito de Ted Lasso, ganadora del Emmy a la mejor comedia y una de las grandes triunfadoras televisivas de la pandemia gracias al optimismo contagioso y la bondad de su protagonista, un ambiente de felicidad que en la segunda temporada empañó, precisamente, el personaje de Mohammed, el utillero convertido en entrenador Nate. “En realidad no me interesa mucho la fama, no es por lo que hago este trabajo ni por lo que lo hace David [Schwimmer]”, dice Mohammed. “Lo acepto, estoy en una industria donde, si lo haces bien, obtienes atención. Me encanta que los trabajos en los que estoy involucrado conecten con la gente y les hagan reír, llorar o lo que sea, eso significa que has hecho tu trabajo bien. Pero sí que ha habido un ligero cambio en el interés por mi trabajo”.

Británico con madre de origen chipriota y padre de Trinidad y Tobago, supo pronto que el mundo del espectáculo era lo suyo. Desde niño practicaba la magia como una afición, y en la universidad ya sintió la llamada de la comedia cuando se unió a un grupo de teatro. Mientras, estudiaba un doctorado en Geofísica y trabajó en un banco de inversión. “Supongo que tener una licenciatura era una forma de asegurar que podría tener un trabajo relativamente normal y luego hacer esas cosas locas de la comedia, que además no me daba mucho dinero en ese momento. Al final dejé el resto y me centré en actuar y escribir”, cuenta el actor en una entrevista por videollamada desde Nuevo México, donde ahora rueda una película con Jon Hamm y Tina Fey.

Nick Mohammed y David Schwimmer, en ‘Intelligence’.Photographer – Ollie Upton

El vínculo entre Schwimmer y Mohammed se remonta a unos años atrás, cuando una comedia centrada en un programa matinal de televisión, de la que era guionista el segundo y que no llegó a grabarse, captó la atención del actor de Friends. Cuando Mohammed puso en marcha Ingelligence, escribió el papel protagonista para Schwimmer. Para preparar la serie se reunieron con trabajadores del GCHQ para intentar reflejar con autenticidad el ambiente de estas oficinas. “Pero nos hemos tomado un montón de licencias artísticas”, ríe el actor y guionista. “En ningún caso queríamos burlarnos de su trabajo o exponer lo que hacen en un drama sobre espías. Solo estábamos interesados en asuntos como qué sirven en su comedor, si hay un día en el que visten ropa informal, cosas así. Queríamos mostrarla como una oficina normal que trata asuntos muy serios, pero donde al final trabajan seres humanos con vidas sociales y relaciones. Por ejemplo, nos contaron que tienen un coro y que ensayan cada semana”.

De perdedores y héroes

A pesar de algunas semejanzas, Mohammed destaca las diferencias entre sus personajes en Intelligence y Ted Lasso. “Joseph es un tipo muy feliz y con mucha suerte. Se parece a mí pero es un poco más espeso que yo, no tiene mucho tacto y no sigue las normas sociales, podría tener más sentido común. Pero me parezco a él en que es fácil de tratar y no se toma las cosas muy en serio. En cuanto a Nate, creo que no está inspirado en nadie en particular, pero hay algunas pinceladas de gente que, de repente, tienen un poco de poder y se les sube a la cabeza. Hay algunas referencias culturales, ya sabes, entrenadores de fútbol, incluso actores que se convierten en estrellas y su personalidad cambia. Pero no está basado en nadie en particular. Todo el mundo creía ver semejanzas con José Mourinho, pero solo es por el cambio en el color del pelo”, que se fue tornando gris según avanzaban los capítulos.

Nick Mohammed, en la segunda temporada de ‘Ted Lasso’.

La evolución del personaje de Mohammed en Ted Lasso llevó al actor a escribir en Twitter un texto justificando su conversión en el villano de la serie. “Sentí el odio de la gente hacia Nate, era lo que pretendía la historia. Mucha gente suele decir que en las redes se confunde al actor con el personaje, que podría recibir amenazas y cosas así. Pero para nada, la gente ha sido muy respetuosa. Por supuesto que hay gente que te dice ‘odio a Nate, no puedo esperar a que blablabla’, pero todo eso va contra el personaje, no contra mí. Ha sido muy divertido porque nunca había estado involucrado en una serie con un grupo de fanes tan global y tan ruidoso. Creo que Ted Lasso ha aprovechado muy bien algo que tiene que ver en parte con que la serie apareció en la pandemia y transmitía un mensaje muy positivo que logró resonar en la gente. En la primera temporada, Nate era uno de los personajes favoritos por su trama, el ascenso de perdedor a héroe. Eso ha cambiado en la segunda temporada, y es genial y mérito de los guionistas por ser tan valientes”, repasa recordando la repercusión de la serie.

Frente a Ted Lasso, que califica como una “comedia dramática”, Mohammed describe Intelligence “como una comedia muy tonta que deliberadamente es casi como unos dibujos animados de acción real. Cada capítulo se resetea. Los personajes no aprenden, vuelven una y otra vez al punto de partida, como Los Simpson”. De la serie protagonizada por Jason Sudeikis admira sobre todo sus guiones: “Los guionistas han sido capaces de caminar por la delgada línea entre hacer reír a la gente y hacerles sentir emociones muy profundas. A veces tienes que sacrificar una cosa por la otra, pero ellos parecen caminar por esa delgada línea sin problema, y eso es impresionante”, termina.

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