MIAMI, Florida – Uno de los líderes del grupo extremista de derecha Proud Boys permanecerá tras las rejas hasta que se realice su juicio por cargos de que dirigió un complot para impedir que el Congreso certificara la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales del 2020.
En una corte de Miami, la jueza Lauren F. Louis citó el martes el peligro que, según la fiscalía, Henry “Enrique” Tarrío, representa para la comunidad para negarle la fianza. La jueza dijo que explicaría su decisión más tarde en una orden por escrito.
Aunque no estuvo presente en el Capitolio con otros miembros de los Proud Boys durante el violento asalto del 6 de enero del 2021, la fiscalía dice que Tarrío creó la estructura de liderazgo, organizó al grupo de hombre y los dirigió hacia el Capitolio.
Según la fiscalía, Tarrío organizó conversaciones encriptadas con miembros de los Proud Boys en las semanas anteriores al ataque, tuvo una llamada de 42 segundos con otro miembro del grupo que entraba y salía del edificio durante el asalto y asumió el crédito por el caos en el Capitolio.
“Este es un crimen que golpeó al corazón de nuestra democracia”, dijo el fiscal Jason McCullough. “Es difícil imaginarse algo más grave que este crimen”.
El abogado de Tarrío, Nayib Hassan, dijo que su cliente no representaba un riesgo de huir de las autoridades y que no tiene antecedentes de violencia. Argumentó que las pruebas en contra de Tarrío eran débiles y se basan en su mayoría en mensajes de texto y publicaciones en redes sociales.
El expresidente dijo que Biden montó un “teatro político” durante el aniversario del ataque al Capitolio. Detalles en el video.
“En ningún momento, el señor Tarrío instruyó a alguien para que entrara al edificio”, le dijo Hassan a la jueza.
Hassan dijo que a otros acusados en el mismo caso y que estuvieron presentes en el Capitolio durante el asalto, se les ha permitido salir en libertad hasta que se realice su juicio.
Tarrío estuvo sentado con un uniforme penitenciario color marrón, con esposas y sentado en tora mesa, porque la jueza le negó el derecho de sentarse junto a sus abogados. No habló, pero con frecuencia hizo gestos para que sus abogados se acercaran a hablar con él en privado.
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