Con un fuerte abrazo se trazó la unión de una familia que logró recibir una visa humanitaria y pudo viajar a Miami, Florida, en busca de un tratamiento para su hija que tiene un tumor cerebral. Ahora, para esta familia, parece que todo cobra un nuevo sentido.
René Alejandro Rodríguez, padre de la niña, dice que “de verdad te digo que esto es un sueño hecho realidad”.
Ashly y su mamá acaban de llegar desde Cuba, han pasado cinco meses desde que la pequeña recibió su diagnóstico: un tumor cerebral que mantiene en peligro su vida.
“En Cuba no creo que hubiese tenido una salvación la niña”, dice Rodríguez sobre la pequeña que en cinco ocasiones, entró a una sala de cirugía, solo para intentar aliviar los efectos de la enfermedad, no para eliminar el tumor.
El niño de tres años llega desde Santa Clara, Cuba, que padece leucemia linfoblástica aguda, y que en la isla no tenían cómo darle tratamiento. Su vida estaba en peligro.
Rosa María Liriano, madre de la niña, dijo que “cada vez que pasaba una cirugía, llegaba una mala noticia, había que operarla de nuevo”.
Hasta que una de sus doctoras le habló de un tratamiento, una radiocirugía que en Cuba no se realiza. “Y tú dices, voy a luchar para ver si la pueda salvar”.
Una lucha a la que se sumaron manos y corazones solidarios hasta que finalmente les otorgaron una visa humanitaria.
El padre de la niña recuerda: “Mis amistades saben de nuestro dolor, de nuestro sufrimiento, pero esto ha sido una vida nueva para nosotros”.
Este lunes, Ashly tendrá sus primeros exámenes médicos en un hospital del sur de la Florida. Y en dos días, la cita con su cirujano. Sus padres saben que es el inicio de un camino largo para la recuperación de su niña pero con la seguridad y la esperanza de vida que en la isla nunca le ofrecían.
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