No existe relación entre violencia y videojuegos, según un estudio

Si piensas que tu hijo es violento cuando juega con la Tablet o el móvil, quizás te he equivoques. Según un estudio de la Universidad de Oxford, no se ha encontrado ninguna relación entre violencia y videojuegos.

Los autores del estudio establecen que el problema es que las investigaciones pueden analizar de forma muy diferente los datos, dando lugar a resultados diferentes. Según ellos, los partidismos de las investigaciones pueden haber influenciado estudios previos sobre esta materia.

Ello distorsiona los verdaderos efectos de los videojuegos. Ahora, bien, aunque no hay una relación directa entre violencia y videojuegos, en el estudio sí han notado que los juegos pueden provocar sentimientos o reacciones de enfado.

Es decir, que los jugadores dicen palabrotas y también manifiestan sentimientos fuertes de competitividad cuando juegan, y el estudio lo establece como una conducta antisocial, algo que debe estudiarse más a fondo en posteriores datos e informes.

Para analizar todos estos comportamientos, la investigación ha analizado cuál es el comportamiento de 2.008 adolescentes británicos, de entre 14 y 15 años. Para los resultados se han basado en dos clasificaciones objetivas para establecer si un videojuego es violento o no: el sistema europeo Pane European Game Information (PEGI) y el norteamericano Entertainment Software Rating Board (ESRB).

Pero, a pesar de que se ha alzado la voz sobre este problema, que sigue preocupando a padres y educadores, se ha demostrado que no hay una correlación directa entre violencia y videojuegos.

Aunque hay muchos estudios que concluyen lo contrario, además del de Oxford, hay otros que también desmontan esta relación. La Universidad de York realizó, recientemente, una nueva investigación con el nombre “Behavioural realism and the activation of aggressive concepts in violent video games» en que concluye que no hay relación entre los videojuegos y las conductas violentas.

En este caso, se valió de dos pruebas en las que participaron más de 3.000 personas que solían ser jugadores habituales de videojuegos. El estudio demostró que no hay variación significativa entre jugar con videojuegos violentos realistas o menos realistas. Eso sí, es importante educar bien a los hijos para saber distinguir entre lo que es real y lo que no, y también a reducir el número de horas de juego.


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