Me mojo. Sí. La final de Copa que yo quiero que el Athletic gane es la del día 17 de abril. La que el Athletic va a jugar ante el F.C.Barcelona también en La Cartuja. ¿Por qué? Porque la victoria ante los de Ronald
Koeman daría clasificación europea para la próxima temporada. Así de claro. Y como a través de la Liga lo veo entre complicado e imposible, pues eso. Y poder jugar la Europa League significaría que el equipo podría ganar, por primera vez en su historia, un título europeo. Y en consecuencia jugar una Supercopa europea, algo que también, sería un hito histórico para el Athletic. No sé. Me puede más la ambición deportiva que la ambición emocional, que, sin duda, tiene la final del sábado contra la Real.
Y que la final ante el Barcelona tiene su punto emocional también. Qué lo de la Supercopa estuvo muy bien, pero también tengo ganas de que el Athletic le dé en el morro al equipo azulgrana en una final de Copa. Porque lo de 2009, 2012 y 2015 es muy reciente y escuece todavía. Y mucho.
Ahora bien, que quiera que el Athletic gane la final ante el Barcelona, no significa que no quiera que gane la que le va a medir a la Real Sociedad este sábado, faltaría más. Es una cita especial, es una Copa muy especial. Y sí, porque el rival es la Real. Y porque, aunque los derbis se viven con más intensidad en Donostia que en Bilbao, como en su día me dijo un ex jugador del Athletic, ganar a la Real gusta también por aquí. Jugadores. J-u-g-a-d-o-r-e-s. No se engañen.
¿Más factible?
Hay quienes piensan que, futbolísticamente hablando, la final del sábado es más factible de ganar que la del día 17 ante el Barcelona. No sé. Tras el 1-6 del Reale Arena, el Barcelona parece estar a un nivel superior al que mostró en la Supercopa a mitad del mes de enero, por ejemplo. Ahora con el parón de por medio, veremos las dinámicas. Porque si nos fiamos de la del Athletic, tampoco es que esté para echar cohetes el equipo de Marcelino según lo visto en los últimos partidos ante Celta y Eibar. Pero la final del sábado será otra historia, en ese partido posiblemente no influyan los precedentes ligueros.
Seré uno de los privilegiados que el sábado estaré en Sevilla, en el estadio de La Cartuja. Sí. Tal y como está la situación por la pandemia, el poder viajar, el poder estar en el campo, es todo un privilegio.
Se echará de menos a los aficionados, los cánticos, el ambiente previo y durante el partido. No será la final que todos queríamos ver y por el que se apostó en su día: la de jugar con público. Por eso, su ausencia será protagonista.
Eso sí, me sumo y me uno desde aquí a la responsabilidad ante cualquier tipo de celebración si se gana el título. Por favor. Y la casa no se empieza por el tejado, pero tampoco por el pasillo. Pero también me mojo. Si se pierde, el miércoles tocará hacer pasillo a los campeones en el Reale Arena. Pero eso no será cosa del otro jueves.
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