El triunfal final de los Bucks en Toronto (101-104), por mucho que desmontara la loca fantasía de los Raptors, jamás podrá deslucir el argumento, ese en el que equipo de Nick Nurse proclamó que en la NBA todo es posible y hasta el más surrealista y húmedo de los sueños se cumple. En un absurdo, un completo sinsentido, los Raptors levantaron una enorme desventaja de 11 puntos en los últimos 50 segundos para forzar la prórroga, medio Scotiabank ya vaciado. La clave, lo que pasó a a falta de 30 con 91-97: flagrante cometida sobre Gary Trent Jr. tras el triplazo del escolta, tiro libre convertido, canasta de Barnes y triple del mismo Trent Jr. sobre la bocina. ‘Capicúa’ para desatar la locura (97-97).
Pero sucedió, que Grayson Allen, uno de los mayores ‘antihéroes’ de la NBA, le dio por serlo de nuevo, desdiciendo el apoteósico final que toda Toronto reclamaba con un triple ‘trágico’ triple a falta de 11,6 segundos para el final del tiempo extra para clavar el definitivo 101-104. Nunca ha caído bien a los rivales, y ya se colgó para siempre la fama de ‘chico malo’ con su durísima falta sobre Alex Caruso el año pasado que rompió la muñeca al base de los Bulls. Por más bonitas que sean, no siempre las fantasías mueren con el final ideal.
Pero antes hubo otro ‘absurdo’ que acabó camuflando tan frenético desenlace, el ‘desplante’ de Raptors y Bucks a estos días de éxtasis ofensivo, sólo 12-13 para Milwaukee en el primer cuarto, apenas 38-39 para los de Wisconsin al descanso.
Y como no todo es ideal, Serge Ibaka, a pesar de estar 100% y tratarse de un back-to-back y del tercer partido seguido en tres días, se quedó sin minutos en su regreso a Toronto y no pudo encontrarse con Juancho Hernangómez en pista tras su efusivo abrazo antes del encuentro. El mediano de los Hernangómez, tras no jugar ante los Pacers, sólo pudo estar 5 minutos en el parqué.
Y por encima de los ‘revoltosos’ Raptors, del metódico entramado defensivo de Nurse y de todo, la autoridad de Giannis Antetokounmpo, reducido tras su locura de la noche anterior -55 puntos-, pero igualmente productivo, muy productivo con su ‘cuádruple-doble’: 30 puntos (7/18 en tiros), 21 rebotes, 10 asistencias y 12 pérdidas que quedaron camufladas al final con el triunfo de Milwaukee. . Ya dijo que quiere la longevidad de LeBron y plasma sus palabras en hechos. Le tenían preparado de todo los Raptors, diferentes defensores -Anunoby, Siakam, Barnes,etc-, diferentes defensas preparadas para el potente primer paso del griego en penetración, a veces zona, a veces zona combinada con marca individual, pero siempre una ayuda lista para saltar a la que cruzaba el perímetro, y hasta dos para proponerle un 3 contra 1 si hacía falta.
Pero su fortaleza mental es como la física de acero, más imponente en directo incluso de lo que es a través de la pantalla, volumen pero también definición piel que se rasga con los brazos en extensión porque no existe el más mínimo rastro de grasa en su cuerpo. La escultura de Michelangelo hecha realidad. Pero, luego en persona no da miedo sino que hace reír. “Sí trabajo muy duro, más que Ibaka”, bromeaba en el vestuario el griego, también con Brook López, el ‘compi’ que nunca le falla, el otro hombre de la noche: 9 puntos y 19 rebotes para apuntase el segundo más-menos del equipo con un +17 tras su excelsa defensa.
El ala-pívot fue el blanco de los ataques de los Raptors en su plan de partido pero Brook los acabó secuestrando con Pascal Siakam como rehén, condenando al camerunés a su peor partido de la temporada con 11 puntos, ‘agravados’ por un espantoso 4/18 en tiros de campo. López fue uno de los grandes responsables de que el equipo de Nurse acabara con un 32,8% en lanzamientos sin encontrar las soluciones fuera, con un 20% desde el perímetro. Le buscaron constantemente las cosquillas con su defensa hundida en ‘drop’ tras la salida del bloqueo directo con tiros de media distancia y situaciones de ‘pick and pop’ -el bloqueador como lanzados-, pero fue fallo tras fallo.
Lo tiene controlado Brook López, uno de los grandes especialistas de la liga en este tipo de defensas, controlando tan bien los tiempos que parece que lo detenga. Por eso también fue la sombra de Siakam a pesar de que la teoría dice que un pívot tan ligero y ‘bailarín’ como el africano es de los que puede poner en dificultades según cómo ataque a un hombre más grande como López. “Es mucho más atlético de lo que la gente se piensa”, advertía el técnico de los Bucks, Mike Budenholzer, antes del partido.
“Trabajo muy duro cada día, más que Ibaka”
Fred VanVleet, con 28 puntos pero un 8/23 en tiros y 12 asistencias asumió las riendas de la anotación en los Raptors, seguido por los 22 de Gary Trent Jr. La buena defensa inicial sobre Giannis -4 puntos en el primer cuarto-, y la dificultad por encontrar caminos al aro más allá del griego en unos Bucks sin Jrue Holiday, Khris Middleton ni el ex azulgrana Joe Ingles, más el ‘eclipse’ de Siakam motivaron unas series de tiro horribles por parte de ambos que explicaron el 12-13 del primer cuarto: 2/23 en lanzamientos por parte de los Raptors -que no anotaron en los primeros 7 minutos-, y 5/24 de Milwaukee.
Los Bucks fueron encontrando a Giannis y al resto -16 puntos de Grayson Allen, 15 de Pat Connaughton, 14 de Bobby Portis y 10 de MarJon Beauchamp. Pero el violento despertar de Scottie Barnes -0 puntos en los tres primeros parciales pero 15 tantos en el último cuarto más un mate ante el mismísimo ‘Anteto’-, más el frenético desfile de acontecimientos final lo puso todo patas arriba para dar paso a la prórroga. Allen acabó con el cuento de hadas pero en esta loca NBA hasta lo definitivo se ha convertido en relativo.