Guilherme Arana sigue sin cumplir su objetivo en Europa, donde llegó como gran promesa de Brasil y no ha logrado aún demostrar sus habilidades.
Tras fracasar en su aventura en el Sevilla, el lateral brasileño no acaba de arrancar tampoco en el Atalanta, donde está en calidad de cedido hasta final de temporada. El ex jugador del Corinthians sólo ha jugado 75 minutos en la Serie A repartidos en cuatro ratitos saliendo desde el banquillo, no se ha estrenado en la Champions, que era uno de los atractivos de su nuevo destino, y está a disgusto en Italia.
”Me encuentro muy incómodo ahora mismo. Me siento bien físicamente, sé que podría aportar mucho a mi club y al Calcio, pero el Atalanta no me da las oportunidades que necesito para jugar y mostrar mi talento”, explica el joven defensa, que no encuentra una explicación a lo que le pasa:
”No sé darme una explicación real, soy sincero. Entiendo que mis compañeros están jugando muy bien en mi posición. Hablo de Gosens, Hateboer, Castagne… Pero me esperaba jugar un poco más, eso está claro. No vine aquí para quedarme todo el año en el banquillo”.
Arana quiere cambiar de aires, aunque para eso depende del Sevilla. “Hablaré con mis agentes y evaluaré las ofertas que tienen en la mesa para encontrar la solución mejor para mi futuro en el mercado de enero. Lo pensaré bien junto con mi familia, no puedo fallar esta vez”, explica el jugador, que sabe que el Sevilla estudia su situación: “Sí, ellos me compraron en 2018 y siempre les estaré agradecido por la confianza. El Sevilla FC fue el primer club que decidió apostar por mí en Europa. En Nervión viví muy buenos momentos y siempre me acordaré del gol que marqué contra el Barcelona en el Camp Nou a pesar de nuestra derrota final”.
Arana fue una apuesta muy arriesgada de Oscar Arias, quien sustituyó a Monchi en el Sevilla cuando éste se marchó a la Roma. El club andaluz pagó 11 millones de euros por el 80% de su pase.
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