Noche de pasión en Miami: otro récord de la NBA, tiro ganador... y una pistola

Noche de pasión en Miami: otro récord de la NBA, tiro ganador… y una pistola

La NBA sigue empapada de noches desenfrenadas. Miami, propicia precisamente para noches de locura, celebró otro récord en esta fiesta de Año Nuevo que se sigue prolongando en esta NBA más anotadora de la historia: los Heat rompieron el récord absoluto de tiros libres encestados sin fallo por una franquicia en su victoria contra Oklahoma (112-111)… ¡40 de 40! Además, como si todo hubiera estado cuidadosamente ‘preparado’ por el destino, no estuvo nada mal la traca final: el cuadragésimo lanzamiento desde el 4,60 acertado sin fallo fue el que dio la victoria a los de Florida.

Y, como todo estaba alineado, su autor fue Jimmy Butler, con un impactante 23/23 sin error para completar su actuación de 35 tantos. Un sonoro recordatorio de que, en esta NBA embadurnada en puntos, también los tiros libres viven su mejor época con el acierto medio más alto de la historia: 78%. El equipo de Erik Spoelstra ‘jubiló’ un récord de 40 años por la mínima, ya que la anterior plusmarca la habían establecido los Jazz en 1982 con un 39/39.

El porcentaje de acierto en tiros libres en una misma temporada sigue en manos de Calderón

El récord de franquicia fue superada por un pelín, y por un pellizco no igualó Butler con su 23/23 a mejor serie de tiros libres individual sin fallo en un mismo partido. La plusmarca seguirá en poder de James Harden, que estableció un 24/24 en 2019, pero la estrella de los Heat iguala por lo menos el segundo mejor registro. 

Lo comparte con Dirk Nowitzki, quien firmó también un 23/23 en los play-offs de 2011 -los del anillo de Dallas-, y con Dominique Wilkins, que estableció la misma marca en 1992 con los Atlanta Hawks. Lo que sigue intocable es el récord individual de porcentaje en tiros libres en una sola temporada con el 98% que firmó José Manuel Calderón en la campaña 08/09 con los Toronto Raptors.

No obstante, fue una noche de pasión en lo que es el baloncesto y lo que no, una noche de tiros pero también de armas: una pistola arrojada a la pista. A simple vista, una pistola de verdad, en realidad, una de masajista. Nada que sugiriera agresividad si no fuera por el por qué, pues se trató de una pataleta de un jugador de los Heat, Dewayne Dedmon, que tuvo unas palabras con su entrenador, Erik Spoelstra y se calentó más de lo ‘recomendable’. Resultado: expulsado y una sanción tanto de la NBA como de la propia franquicia a la vista.

Spoelstra, un tipo que tanto pega con la noche de Miami con su pelo engominado y su bronceado, se lo tomó a risa. “Una noche normal de martes con los Miami Heat”, dijo bromeando al final del partido preguntado por la escena, como si sonara más a un altercado de discoteca que un encuentro de baloncesto. “Un partido de un punto y tuvimos alguna pelea en el banquillo”, señaló a pie de pista, incluso ‘orgulloso’ de lo sucedido.

“Pienso que con esto es cuando nos sentimos más vivos, cuando todo simplemente ocurre y todo nuestro jugo competitivo sale. Este es el equipo con el que podemos sentirnos identificados, este es el equipo que me gusta”, destacaba Spoelstra. “Lo que sea para ganar”, dijo, por su parte, Butler, el instigador del récord con sus 23 tiros libres acertados sin fallo. Aunque más sorprendidos parecían en Oklahoma por la plusmarca que en Miami, pensando en otros asuntos. “Es impresionante, hay que darles todo el crédito”, subrayó el técnico de los Thunder, Mark Daigneault.

Shai Gilgeous-Alexander fue el máximo anotador de Oklahoma con 26 puntos pero falló el triple a falta de 5,7 segundos para el final que hubiera deshecho todo el relato triunfal y pasional de Miami. Pero nada de eso se recordará, sino de lo movida que fue la noche en la ciudad de Florida: récords, tiros (libres) y pistolas. Otra noche loca más en la NBA.




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