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Noche de pasión y de héroes inesperados para unos revividos Lakers

Noche de pasión y de héroes inesperados para unos revividos Lakers

En un segundo, la vida te da lo que te quita. En un segundo, los triples, un triple en concreto, dieron todo lo que habían arrebatado a los Lakers, otra exultante alegría para la necesitada tropa oro y púrpura, una agria ironía para los New Orleans Pelicans. El menos esperado, uno de los villanos de los triples de la noche -2 de 8 hasta entonces-, el que en toda su vida sólo había jugado cinco partidos de la NBA -cuatro en Los Ángeles y un en Boston- , Matt Ryan, fue el imprevisto héroe de la velada, el que tuvo la muñeca caliente y la sangre fría de dibujar una parábola perfecta al límite del todo, un segundo por jugar, para alargar la vida de los Lakers forzando la prórroga (111-111), donde se impuso el equipo más fuerte de mente, es decir, el de Darvin Ham (120-117). Segundo triunfo consecutivo tras el de Denver Nuggets. El que todos creían que estaba muerto está más vivo que nunca. 

Ni LeBron (20 puntos ), ni Davis (20), ni tampoco con el renovado Westbrook (13). Aparte de con el propio Ryan, el Crypto Arena elevó decibelios con ese balón robado de Patrick Beverley al final en el inicio de jugada de New Orleans, donde Willy Hernangómez se quedó otra noche sin minutos, con Austin Reaves lanzándose al suelo a por una bola, con Lonnie Walker IV -alma de la fiesta con 28 puntos-, otorgando la iniciativa a los de oro y púrpura en el tiempo extra con un triple. Así son estos nuevos Lakers, de hincar codos y embarrarse en tiempos de estrecheces. Todos unidos. 

A pesar de sus 20 tantos, 10 rebotes y 8 asistencias, no fue una buena noche en el tiro para LeBron (9/23 y 0/7 en triples), que por otra parte se vio descargado de responsabilidades, delegadas también en Trey Brown Jr. (15 puntos). Fue una contienda de banquillos, en la que los 36 del de los Lakers replicó a los 38 de los Pelicans, en los que un fenomenal Zion Williamson (27) y un productivo pero poco efectivo McCollum (22 tantos pero 10/27 en tiros), además de Trey Murphy III (12), contaron con la colaboración desde el banco de José Alvarado (15) y Larry Nance Jr. (11), el preferido por Willie Green para dar descanso a Valanciunas antes que Willy. 

Los Pelicans empezaron con una plena confianza en que su plan defensivo, asentado en una zona 2-3, hiciera el resto. Colapsar la pintura para descuidar del todo el perímetro, donde, pese al éxtasis final, los de púrpura y oro sólo tuvieron un 27%. Le salió bien en un primer cuarto en el que los Lakers, con Davis en un 1/7 en lanzamientos, anduvieron ofuscados en ataque (23-27). Pero la vida parece haber cambiado para los de Ham con la nueva rutina de Russell Westbrook, quien desde el banquillo desmontó con su lucidez el plan de New Orleans en el segundo cuarto, produciendo (6 puntos) pero también repartiendo. Entre penetraciones, asistencias de todo tipo, en cortes, en el pick and roll y en ‘extra passes’, se adueñó de la cancha mientras Anthony Davis ensombrecía a Jonas Valanciunas en la pintura. La consecuencia, 55-46 para los Lakers al descanso. 

Nance Jr. y Alvarado dan otro aire a New Orleans

Los balones interiores a un Valanciunas inerte más la falta de un hilo argumental ofensivo obligaban a los Pelicans a pensar algo distinto para el segundo tiempo. El pívot, sólo 9 puntos y un exiguo 3/11 en tiros de campo, se vio del todo superado por Davis y ni acudiendo a recibir el balón más lejos del aro para buscar tiros abiertos más difíciles de defender para el ‘center’ de los Lakers logró arreglar su desaguisado. La entrada en escena de Jose Alvarado -tres triples en el tercer cuarto-, y de Nance Jr, un pívot más móvil que dio más problemas a Davis, dieron mucho más dinamismo a la ofensiva de New Orleans mientras los de Ham, 0 de 6 en triples en este tercer parcial, se atascaban ante una zona que mantuvo Green para afrontar el último cuarto con un marcador ajustado (82-79). 

Westbrook, tan fino en el tiro (6/10), estropeó sus buenos números en la dirección en la segunda mitad -terminó con 9 asistencias pero 6 pérdidas-, y Darvin Ham prescindió de él en los minutos finales. Los Lakers, sobre todo cuando no estuvo Davis en pista, no encontraron soluciones para detener a Williamson -14 puntos en los últimos 12 minutos-, mientras Walker, con 11 tantos en el último cuarto, lideraba a unos Lakers que extrañaban al LeBron ‘clutch’ (4 puntos y 1/7 en lanzamientos en el parcial final) pero sustentados por sus secundarios. Uno de ellos, Matt Ryan, del anonimato a la fama en un segundo. Así es la vida, que parece que, por fin, le sonríe a los Lakers. 




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