Noches estrelladas y buen vino en el Priorat

El Priorat es un bonito lugar para explorar durante el día, pero cuando cae el sol y comienzan a brillar las estrellas, los paisajes de la comarca tarraconense adoptan una magia indescriptible, ofreciendo la atmósfera ideal para disfrutar de la paz y el silencio. El cielo nocturno y la tranquilidad son cualidades especialmente reconocidas en esta zona desde el año 2019, cuando la Generalitat declaró el entorno como zona de protección acústica y lumínica, convirtiéndose en la primera de toda Cataluña con este doble ámbito de protección.

Uno de los mejores enclaves para poder disfrutar del cielo nocturno es el parque natural de la Serra de Montsant, un lugar singular con numerosos senderos, y por muchas personas desconocido, donde en el siglo XII los monjes de la Orden de la Cartuja construyeron un monasterio, la histórica cartuja de Escaladei, fundando así la primera cartuja de la península Ibérica. La conservación de la calidad del cielo nocturno y de la visión de los astros es un bien muy preciado en la zona y, como explica Sergi Paricio, jefe del Servicio de Prevención y Control de la Contaminación Acústica y Lumínica de la Generalitat, desde hace años están llevando a cabo un programa para mejorar la oscuridad del parque. Según cuenta Paricio, esto es muy importante para la vegetación y los animales, “a quienes les afecta la contaminación lumínica para cazar o esconderse de noche, dado que la luz se propaga a mucha distancia”. Es por este motivo por el que se está cambiando la luz de algunos municipios del entorno de Montsant por un tono calabaza porque tiene menos impacto.

Los últimos años han nacido aquí nuevos proyectos, actividades y alojamientos que ligan muy bien con el astroturismo, puesto que se encuentran en medio del campo y permiten así disfrutar de una noche muy especial bajo las estrellas. Quedarse dormido mirando al cielo, vivir las noches de una manera distinta y sentir una conexión profunda con la naturaleza son algunas de las experiencias viajeras que buscan una mayor autenticidad sin renunciar a ninguna comodidad.

Es el caso de Terra Dominicata, un hotel de cinco estrellas rodeado de viñedos y cipreses donde es posible sumergirse en el silencio y la gastronomía de la comarca del Priorat. El alojamiento se encuentra apenas a tres kilómetros de la Cartoixa d’Escaladei y en una masía que antiguamente era habitada por campesinos que trabajaban las tierras bajo dominio del monasterio, hoy reformada completamente con mucha elegancia y con todos los servicios, incluida una atractiva terraza y una piscina al aire libre.

La ermita de la Mare de Déu de Montsant, en la comarca del Priorat.
La ermita de la Mare de Déu de Montsant, en la comarca del Priorat.

Dos denominaciones de origen

Como muchos establecimientos de la zona, el hotel tiene una bodega propia. Y es que el Priorat está considerada como una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas del mundo y acoge dos denominaciones de origen: la conocida DOCa Priorat y la DO Montsant. La principal diferencia entre ellas es que la DOCa Priorat (denominación de origen calificada) coincide principalmente con los pueblos que habían estado bajo el dominio de los monjes de la cartuja de Escaladei, y la DO Montsant (denominación de origen) envuelve el territorio de la primera en forma de medialuna. Además, el tipo de suelo mayoritario en la DOCa Priorat es pizarra, conocida como llicorella, y la orografía es muy accidentada, “cataclismática”, la definió el escritor Josep Pla.

Cristina Beltrán, responsable de la Oficina de Turismo del Consell Comarcal del Priorat, indica que la denominación de origen Montsant se creó en el año 2001. Hasta esa fecha, las bodegas de la zona pertenecían a la DO Tarragona, pero por la singularidad y la calidad de sus vinos se reclamó una denominación propia y se consiguió. Otra de las diferencias es que la DOCa Priorat es una denominación calificada. Junto con la de Rioja son las dos únicas en España que ostentan este distintivo, que se otorga a los vinos que han alcanzado altas cotas de calidad durante un periodo de tiempo.

El restaurante Alma Mater, en el hotel Terra Dominicata, cuenta con casi 300 referencias de vinos del Priorat y Montsant, permitiendo a los viajeros acceder a la mayoría de las propuestas de la zona. En sus bodegas se elaboran dos vinos Priorat: Domus Aquilae y Umbra.

El vino y la gastronomía son una pieza angular de la comarca, motivo por el cual se encuentran restaurantes de muy buena calidad y de cocina de autor incluso en los pueblos más pequeños, como Els Tallers, en el pequeño Siurana, o Brots Restaurant, en Poboleda.

Otra visita imperdible es conocer la bodega Perinet, una finca espectacular en La Morera de Montsant que permite un viaje por sus llicorellas, la historia y las costumbres del territorio, siempre inspirado por la excelencia de los vinos de la zona. Organiza visitas en buggy —pequeños vehículos diseñados para conducir por la montaña— para recorrer sus viñedos, y desayunos gastronómicos para disfrutar de una experiencia diferente acompañada de un buen vino y productos locales. Recientemente ha sumado a su oferta la posibilidad de dormir en un glamping entre las vides para disfrutar de los vinos más exclusivos alrededor de una hoguera y bajo el cielo estrellado del Priorat, pero con todos los lujos y servicios de cualquier alojamiento. Una actividad que requiere previa petición para grupos de al menos 10 personas.

Brindis en el observatorio

En la comarca se celebran a lo largo del año actividades que unen el vino y la contemplación del cielo. Es el caso de Vi, glosa i estrelles, un espectáculo en el que se van descubriendo las conexiones entre el mundo del vino y los astros a través de canciones, cuentos y poesía. La actividad, a cargo de Alexandre Bonanit y Gemma Balagué, con la colaboración del Celler Cooperatiu de Cornudella de Montsant, se desarrolla a partir de una cata de tres o cuatro vinos. El astrónomo descubre alguna de las relaciones del producto con el cielo nocturno con argumentos bien sugerentes, mientras la glosadora comienza un juego con las palabras que casa a la perfección con el vino probado, la astronomía y lo que pasa entre el público en ese momento. Un maridaje muy singular.

Otra experiencia es dirigirse al observatorio astronómico Astropriorat, situado junto a la zona deportiva y de ocio del pueblo de La Torre de Fontaubella. Aquí uno puede sumarse a actividades como la descripción audiovisual de la Luna, los planetas y las estrellas, seguida de una observación práctica con telescopios. Cuando se termina la sesión se ofrece una copa de vino. Por algo estamos en el Priorat.

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