La Real vuelve a Anoeta con aires de propinar un golpe en la mesa. Clásico de la Liga Femenina a la vista, con un valor superior a los tres puntos, por aquello de que el Levante es, “sin ninguna duda” tal y como asiente Gemma Gili, un rival directo. La centrocampista forma, junto a Iris Arnaiz, parte de una zona de creación que se encuentra en plena forma, como motor del equipo.
Gemma Gili está encantada con su momento de juego. “Me gusta ser protagonista, no me escondo y es en estos partidos cuando hay que demostrar”, dice, en referencia al duelo con el Levante de este domingo. Hay química en la dirección de una orquesta sinfónica: “Somos muy complementarias y es evidente que nos entendemos. Es importante que nos sintamos cómodas”. Arnaiz está de acuerdo con Gili y añade que “el nivel de la plantilla ha subido”, dado que “hemos conseguido conocernos mejor después de un principio de temporada en el que esperábamos más”.
Anoeta “siempre es un escenario especial”, afirma Gemma. Cree que “nos beneficia” y considera que “es un punto a favor para nosotras que pueda venir más gente”. Para la jugadora realista, “a ellas les puede generar más nervios” jugar en el estadio. La Real quiere llevar al partido a su terreno contra un Levante que ocupa la tercera plaza, de Champions. En caso de victoria, las de Natalia Arroyo se arrimarán a un solo punto de las valencianas. “Tenemos ganas de medirnos a ellas para ver en qué nivel estamos”, reflexiona Arnaiz
En opinión de Gemma, “tienen una idea muy clara de juego”. Real y Levante son dos de los equipos consagrados en la Liga F desde tiempo atrás. “Nos conocemos mucho”, apunta Gili. “Su entrenador, Sánchez Vera, lleva muchos años en la liga, conocemos su filosofía”. Advierte de que “nos harán sacar nuestra mejor versión”, pero en el vestuario de la Real están convencidas de que es algo “positivo”, por una razón aplastante: “Contra los rivales grandes nos crecemos, damos la cara”, proclama Gemma Gili.