Miguel Ángel Moyá se despide de la Real y de una afición txuri urdin que le ha tenido en mucha estima por su comportamiento: “Hoy se acaba un ciclo, una etapa en un maravilloso club como es la Real Sociedad”, dice el arquero mallorquín tras su periodo de tres años y medio en la escuadra guipuzcoana. “Nuestros caminos se separan, sí, pero nos unirá un recuerdo para toda la vida lleno de anécdotas y vivencias ,todas ellas, positivas y exitosas”, relata.
Es de sobra conocido el hecho de que, por su personalidad extrovertida, gozaba de un gran predicamento entre sus compañeros de vestuario: “Me llevo decenas de amistades, la mayoría relacionadas con el fútbol y otras fuera del terreno de juego”, cita.
Moyá llegó de repente en febrero de 2018, cuando la situación en la portería de la Real era caótica, y desde el inicio hizo esfuerzos para una integración que al final fue muy natural: “Me llevo la satisfacción de haberme adaptado a la ciudad, a su gente y a su cultura… incluso habiendo aprendido algo de euskera”.
El cancerbero, lógicamente, tiene un recuerdo para la parroquia que le he apoyado: “Y me llevo el cariño de todas las personas que han estado a mi alrededor durante más de tres años y ,sobre todo, el de la afición que siempre me ha tenido en muy alta estima”, sostiene.
Por último, Moyá muestra toda su gratitud: “Os lo agradezco infinito!!!” y se despide en euskera, haciendo ver que echará de menos a la parroquia: “Faltan botako zaituztet, ikusi arte”.
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