El proyecto de la Real es ganador. El aura que acompaña a cada viaje con Imanol de capitán permite que la confianza permanezca intacta. Hasta en los momentos que parecen lunares en la piel. Que no críticos, ya que tampoco era cuestión de poner nada en entredicho si el partido número 50 de la temporada hubiera deparado el séptimo puesto. Pero esta Real es de fiar. En cualquier momento. A falta de cinco minutos para el cierre, más. Le avalan sus recursos.
El Villarreal perdió pero mientras ganaba, la Real no podía despegarse del cero a cero. La remontada del Betis en Balaídos fue heroica. Zubimendi y Guevara vivían para entonces en el campo de Osasuna, mientras Silva crecía como argumento para aparcar el gol de la Europa League entre La Roncalesa y La Estellesa. Los dos autobuses que estacionó Osasuna para preservar el punto, cerrojo para la Real. La virtud txuri urdin, una vez más, fue arrebatadora: si había que morir, tenía que ser con las botas puestas.
El jugador que se puso la capa fue Isak. Ejerció de pilar. De elemento con gran envergadura no ya del partido definitivo, sino de la bonanza que se ha instaurado en el club. El sueco debe de ser uno de los enlaces para que el futuro sea igual de resplandeciente que el presente. Las aves rapaces del mercado acecharán el despacho de su entorno como los halcones que espantan las gaviotas que vuelan por Anoeta. Uno de los objetivos inmediatos ha de ser blindar a un delantero estelar, un auténtico mirlo para la institución, por su calidad y su conducta.
Isak anotó el gol que le lleva a ser el autor de la victoria definitiva. Nada más poner el punto final a la Liga, se acordó de la afición. “Os hemos echado de menos, esto va por vosotros, nos vemos pronto”. En el mensaje deja caer que seguirá en la Real, pero nunca hay que desligar la incertidumbre del futuro en el fútbol.
La segunda clasificación para la Europa League la misma temporada en que el club volvió a ser campeón, en cambio, sí pueden ser argumentos de peso para que Isak apueste por la Real. Siempre y cuando, claro, tenga algo que decidir. Por de pronto, se adjudicó el gol número 17 en su cuenta personal, el de la rúbrica. Aritz
Elustondo celebró que lo marcara el sueco y además entrando, “¡ahí, al primer palo!”. Mientras, Monreal le aseguraba a Olabe que el éxito de la Real es “merecido”. Con razón.
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