El Real-Osasuna de este domingo por la noche (22.00 horas) no se parecerá absolutamente en nada a ninguno que se haya jugado con anterioridad. Se han librado mil batallas entre guipuzcoanos y navarros, pero no existen precedentes siquiera similares a una edición que se avecina como exclusiva por cuestiones sanitarias de fuerza mayor. Anoeta se prepara para su nueva vida. La mejor noticia sería que fuera un ciclo provisional y que dentro de poco todo lo que suceda desde el domingo se quede en un recuerdo del pasado.
Las medidas, de momento son necesarias, de modo que la Real se encuentra en pleno proceso de pulir los preparativos de cara a un estricto protocolo sanitario. Anoeta estará dividido en tres zonas y habrá, como máximo, 241 personas en todo el estadio, no más, y todas ellas profesionales: desde futbolistas a encargados de mantenimiento, pasando por los informadores acreditados. Una estampa desangelada, imposible de ser comparada con un derbi que las familias txuri urdin y rojilla han vivido siempre.
La Liga se ha encargado de organizar un escenario en el que ninguno de los presentes en Anoeta tenga que cruzarse en sus cometidos. Por ello se ha planificado un esquema repartido en tres zonas. Una de ellas para los futbolistas, técnicos y el cuerpo arbitral. Los Oyarzabal, Odegaard, Isak o Imanol se moverán entre los pasillos de los vestuarios, los banquillos y el terreno de juego. Será un tramo habilitado para unas 100 personas.
Los suplentes de Real y Osasuna se sentarán entre el banquillo y la zona más cercana de la grada a los mismos y deberán de estar separados por un metro y medio
Los suplentes de Real y Osasuna se sentarán entre el banquillo y la zona más cercana de la grada a los mismos y deberán de estar separados por un metro y medio. El uso de mascarilla será obligatorio para ellos. En el interior de la caseta tendrán que respetar tres metros de distancia.
El resto del personal que se encuentre en el campo estará distribuido a lo largo y ancho de las dos zonas restantes. El bocado de realidad se concentrará en este punto, ya que las gradas serán un solar mientras los partidos se celebren a puerta cerrada.
En mitad de la nada, sí habrá un espacio habilitado en los alrededores del palco para un centenar aproximado de personas. En los aledaños de Anoeta, en su parte exterior, sólo podrán permanecer entre 22 y 32 personas. Son los accesos de control de movilidad o el parking, por ejemplo.
Sin simulaciones ambientales
La Real no tiene pensado presentar ninguna iniciativa relativa a simulaciones ambientales. No habrá fotos a tamaño real de los aficionados en las gradas, tampoco sonidos virtuales, de tal manera que el partido será aquello que suceda. Sin trampa ni cartón. Hay otros equipos de Primera, como el Villarreal, partidarios de distorsionar el frío envoltorio que rodeará a un partido a puerta cerrada, pero la Real prefiere asimilar el contexto tal y como será.
La Liga sí ha puesto en marcha una opción a través de la que los seguidores puedan seguir los partidos por televisión con imágenes y sonidos virtuales, recogidos de las jornadas anteriores a la pandemia. La Real se reúne durante la mañana de hoy para terminar de definir una jornada nunca vista. No será un domingo cualquiera.
Una de las más significativas novedades en las 11 jornadas finales de esta Liga es el aumento del margen de maniobra para los entrenadores. Así, Imanol
Alguacil podrán realizar cinco cambios desde este domingo contra Osasuna y no tres como hasta ahora. Además, el técnico de Orio gozará de toda la libertad para confeccionar una convocatoria oficial de 23 efectivos. Sólo se quedarán fuera los que estén lesionados y/o sancionados -de momento, sólo Guevara en la Real- y la nueva normativa se presenta como una auténtica ocasión de oro para la segunda unidad txuri urdin. Aritz
Elustondo, Januzaj o Isak no están entre los once que más juegan en Liga, Barrenetxea puede ser un revulsivo de garantías, Illarramendi y Zurutuza elevarán el listón de la competencia y el Sanse puede ser un refuerzo
La Real viajará a los partidos de fuera de casa en el día, siempre que la distancia geográfica se lo permita. Se trata de una medida íntimamente relacionada con la situación causada por la pandemia. Los cinco desplazamientos que le quedan al equipo de ahora en adelante invitan a que, en la mayoría de los casos, puedan llevar a cabo este plan.
La Real no tendrá el más mínimo inconveniente en desplazarse el mismo día de partido para jugar en el campo del Deportivo Alavés, el jueves que viene a las 19.30 horas. La siguiente visita será al Getafe, por lo que tampoco debieran interponerse excesivos problemas para volar a la Comunidad de Madrid. Sucede lo mismo con la última jornada de Liga contra el Atlético de Madrid. Más complicado parece que puedan arreglarse para ir a La Nucía, Alicante, para jugar contra el Levante o a Villarreal. Está por ver si se concentran antes de jugar en Anoeta.
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