El pasado viernes se celebró la gala de entrega de premios de la Fórmula 1, donde Max Verstappen recibió el trofeo como campeón del mundo y Red Bull el de campeón de constructores. Precisamente cuando Christian Horner, mandamás de los austriacos, subía a recoger el premio tuvo una ‘discusión’ con el jefe de la FIA Ben Sulayem.
Solo llevaba unos segundos en el escenario cuando Sulayem le soltó una pulla que le pilló totalmente desprevenido: “Esto (el trofeo) es algo que no tiene nada que ver con el tope presupuestario“, dijo con un tono bromista. La cara de Horner lo decía todo.
El jefe de los de Milton Keynes no se quedó corto y respondió haciendo referencia a la carrera de Suzuka, donde el reparto de puntos no fue el que se esperaba teniendo en cuenta las vueltas realizadas. “Por suerte Max pudo ganar el campeonato pronto, a pesar del lío con los puntos en Japón, y la semana siguiente pudimos ganar este el de constructores, así que es uno muy especial”, comentó.
Sulayem, lejos de querer zanjar el tema, quiso defender la actuación de la FIA en la cita japonesa: “Lo de Japón fue controvertido. Se culpó a la FIA por los puntos, pero la FIA no hizo esa norma. Fuisteis los equipos quienes la hicisteis y nosotros sólo la implementamos”.
La cosa no fue a más después de que el CEO de la Fórmula 1, Stefano Domenicali, pidiera que “se mantengan concentrados en los premios” con una sonrisa. Sulayem acabó diciendo que tanto Verstappen como Red Bull son merecedores de sendos títulos y se estrechó la mano con Horner.