Científicos internacionales que examinaron datos genéticos hasta ahora inaccesibles de muestras recogidas en un mercado en China, cerca de donde se detectaron los primeros casos humanos de COVID-19, informaron que hallaron indicios de que la pandemia se originó en animales y no en un laboratorio.
Otros expertos aún no han verificado el análisis, que tampoco ha aparecido hasta ahora en publicaciones revisadas por colegas. No se sabe a ciencia cierta cómo el coronavirus empezó a afectar a los seres humanos.
“Estos datos no proporcionan una respuesta definitiva sobre cómo empezó la pandemia, pero cada dato es importante para acercarnos a esa respuesta”, declaró el viernes el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una rueda de prensa.
Ghebreyesus dijo que las secuencias genéticas fueron publicadas en la base de datos de virus más grande del mundo por científicos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China. Desde entonces, se han retirado los datos de la base.
Un biólogo francés halló la información por casualidad cuando recorría la base de datos y la mostró a un grupo de científicos fuera de China que buscaban los orígenes del coronavirus.
Datos de secuenciación genética revelaron que alguna de las muestras, que se sabía daban positivo para el coronavirus, también contenían material genético de mapaches japoneses, lo que indicaba que los animales estaban infectados por el virus, según los científicos. Los primeros informes sobre los análisis aparecieron en la revista The Atlantic.
“Existe una buena probabilidad de que los animales que depositaron el ADN también depositaron el virus”, afirmó Stephen Goldstein, virólogo de la Universidad de Utah que participó del análisis de los datos. “Si uno realizara un muestreo ambiental después de un evento de derrame zoonótico… esto es exactamente lo que esperaría encontrar”.
Ray Yip, un epidemiólogo y miembro fundador de la oficina de los CDC en China, dijo que los nuevos hallazgos no eran definitivos, pero sí significativos.
“Los datos de muestreo ambiental del mercado publicados por los CDC de China son de lejos la prueba más contundente hasta el momento que apoya el origen animal”, dijo Yip a la AP en un correo. No tuvo relación con el nuevo análisis.
Los científicos buscan los orígenes de la pandemia de COVID-19 desde que apareció el virus, pero la búsqueda se ha visto dificultada por varios factores, entre ellos el enorme aumento de contagios humanos en los primeros dos años de la pandemia y una enconada disputa política internacional.
Los expertos tardaron más de 12 años en confirmar el origen animal del SARS, un virus afín al del COVID. Los investigadores dicen que su análisis es el primer indicio concreto de que pudo haber vida silvestre infectada con el coronavirus en el mercado. Algunas de las muestras con ADN de mapache japonés fueron recogidas en un puesto de venta que dio positivo para COVID-19 y se sabía se dedicaba al comercio de vida silvestre.
Sin embargo, también es posible que los seres humanos fueran los primeros en llevar el virus al mercado e infectado a los mapaches japoneses, o que personas infectadas dejaran rastros del virus cerca de los animales.
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