Las de 2023 no serán las Finales de la NBA más mediáticas de la historia, pero no por ello serán menos entretenidas. Lo inesperado de la batalla definitiva por el anillo entre los Denver Nuggets y los Miami Heat, un duelo inédito que arranca la madrugada del viernes en España (02:30h, Movistar + y League Pass), aporta un grado de incertidumbre elevado a la lucha por levantar el trofeo Larry O’Brien. Gane quien gane, la liga tendrá a su quinto campeón distinto en las últimas cinco temporadas. Muy pocos, por no decir nadie más que los propios protagonistas, daban un duro por ambos equipos al arrancar la temporada, tampoco hace mes y medio cuando comenzaron los playoffs. Los grupos liderados por Nikola Jokic y Jimmy Butler, dos estrellas de calado que buscan su primer entorchado, uno de los momentos más bellos de la competición de alto nivel, se han mantenido alejados del ruido extradeportivo y han cumplido a rajatabla con su cometido: jugar el mejor baloncesto en sus respectivas conferencias.
El mérito de los Nuggets y los Heat es haber jugado con fondo y forma. En equipo, con una identidad clara, dureza y apostando por la continuidad de sus plantillas. No ha habido grandes fichajes de verano ni movimientos sorpresa en el cierre de mercado de febrero. Simplemente se han atado las zapatillas bien fuerte y han competido. “Esta es una liga extremadamente competitiva, y creo que noche tras noche no sabes quién estará disponible. Lo mejor es centrarse en tu equipo, costumbres e identidad, jugar un baloncesto consistente. Eso basta para nosotros”, reivindicaba Erik Spoelstra en la previa.
Un camino espinoso y con faltas de respeto
Denver ha dejado a los Phoenix Suns de Kevin Durant y Devin Booker y a Los Angeles Lakers de LeBron James y Anthony Davis por el camino. Y aún así se ha hablado más del naufragio del megaproyecto en Arizona y la posible retirada del Rey. Michael Malone, que se estrena en unas Finales, ya criticó la falta de consideración hacia su equipo en la eliminatoria contra los Lakers. “Ganas el primero y todo el mundo habla de ellos. Nadie habla de Nikola y los Nuggets… así que coges eso, te lo pones en la pipa y te lo fumas”, protestaba con acierto. Por algo fueron los primeros del Oeste desde finales de diciembre hasta el final. Por su parte, Miami ha sobrevivido a un play-in de infarto, se ha cargado a los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo y a los Boston Celtics de Jayson Tatum, los dos mejores equipos de la Conferencia Este, y en esta previa de las Finales vuelven a sentirse infravalorados.
Los Heat y su baloncesto de guerrilla, con hasta siete jugadores no elegidos en el Draft en plantilla y un líder que fue ninguneado en la universidad y el número 30 en 2011, tenían según el análisis de la ESPN un 3% de posibilidades de derrotar a Boston en las Finales del Este. Ahora, ese mismo porcentaje del medio estadounidense vuelve a sonar ridículo en las Finales de la NBA: un 11%. Se trata de métricas y estadísticas, pero precisamente Miami y Denver han demolido en estos playoffs las matemáticas. A comienzos de curso, los de Colorado eran los séptimos favoritos al anillo (un 6% de probabilidades) según las 50.000 simulaciones realizadas por el superordenador del portal FiveThirtyEight. Los floridenses eran décimos con un 4% en una clasificación que situaba en primera y segunda plaza a Celtics (19%) y Suns (11%).
¿Y qué importa esto? Nada. Precisamente es la lección de estos dos finalistas al mundo. Las métricas son una guía, pero no una sentencia. Lo mismo con previas como esta.
Los datos de las Finales de la NBA 2023
Temporada regular vs. playoffs
Temporada regular
🆚 Enfrentamientos: 2-0 favorable a Denver
📋 Balance victorias-derrotas: 53-29 (1) vs. 44-38 (8)
🏀 Rating ofensivo: 116,8 (5) vs. 112,3 (11)
⚔️ Rating defensivo: 113,5 (15) vs. 112,8 (9)
➕ Rating neto: 3,3 (6) vs. -0,5 (21)
—
Playoffs
🆚 Enfrentamientos: sin precedentes
📋 Balance victorias-derrotas: 12-3 (1) vs. 12-6 (2)
🏀 Rating ofensivo: 119,7 (1) vs. 116,1 (5)
⚔️ Rating defensivo: 111,7 (8) vs. 111,5 (6)
➕ Rating neto: 8,0 (1) vs. -4,6 (2)
La identidad competitiva sobre la que se construye el éxito de Miami tiene tres nombres propios. Pat Riley, presente en 19 Finales en los 76 años de historia de la NBA, ¡una de cada cuatro! Su mera presencia en los despachos infunde carácter ganador a la plantilla. También la de Spoelstra, el cuarto entrenador con más participaciones (6) en una eliminatoria por el título junto a John Kundla, Gregg Popovich y Steve Kerr, el elegido por Riley para relevarle a él en los banquillos. Y como no, un Butler que invitó a las Finales, antes incluso de superar el ‘play-in’, a celebridades amigas como la tenista Coco Gauff, convencido, totalmente seguro, de que él y sus compañeros estarían presentes en la batalla definitiva por el título. Lo dijo hace un año cuando cayeron eliminados contra los Celtics, lo repitió antes de acceder a los playoffs y lo repite ahora: “Nadie nos elige para ganar, pero me da igual”.
Denver llega sin hacer tanto ruido como merecería, con un grupo compacto y continuista que ha recuperado la mejor versión de Jamal Murray en estos playoffs. La capacidad del base para dinamitar a las defensas rivales en los últimos cuartos puede ser una de las claves de la eliminatoria. Otra será la contundencia que Aaron Gordon pueda plantear en su defensa sobre Butler. “Habrá que hacerle trabajar, que todo que consiga sea difícil, competir”, apunta el alero. De Jokic, por mucho Bam Adebayo que se le plante delante, no se espera otra cosa que el triple-doble que lleva promediando a lo largo de esta fase final (29,9 puntos, 13,3 rebotes y 10,3 asistencias). El serbio, metrónomo del equipo y una mente prodigiosa, tiene las llaves del título para Denver, el primero para él y, más importante todavía, el primero para la franquicia. “Será el reto más importante de nuestras vidas”, enfatiza Malone.
Hay que otorgar una ligera ventaja a los Nuggets por el factor campo, en su caso más elevado gracias a una condición única en toda la liga. En el Ball Arena juegan a 1.608 metros de altitud, mientras que en South Beach tienen el océano a la vuelta de la esquina. LeBron, en las Finales del Oeste, reconoció que el aliento escaseaba en las visitas a Colorado. Denver no ha perdido en casa en todos los playoffs, y solo ha caído en cuatro ocasiones en su feudo en todo 2023. Miami, por el contrario, ha basado su éxito en esta fase final en el hecho de robar el factor cancha a sus oponentes, con 6 de sus 12 victorias lejos del Kaseya Center. Entre las incógnitas de la eliminatoria están el papel de secundarios como Caleb Martin y Bruce Brown, también el de Gabe Vincent y Michael Porter Jr., entre otros. El hipotético retorno de Tyler Herro, el mejor tirador de los floridenses, que solo ha disputado 19 minutos de playoffs por culpa de una mano rota, se espera para el tercer encuentro en Miami.
Poco mercado, mucho baloncesto
En definitiva, en cuestión de marketing Denver es el 18º mercado televisivo de la liga, y Miami, a pesar del glamour que arrastra su nombre, el 16º. Otro extraño de estas inéditas Finales es que será la primera en los últimos 33 años que no incluye a un jugador del primer quinteto All NBA. Es, evidentemente, una absurdidad teniendo en cuenta que a todas luces Jokic debería formar parte (una cuestión burocrática de las votaciones que se solventará a partir del próximo curso eliminando el voto por posiciones) y Butler no está tan lejos del mismo (ambos fueron incluidos en el segundo). Sea cual sea la resolución de la lucha por el título, uno de ellos se coronará por vez primera. Será histórico por ello y porque ambas franquicias tienen el libro de los récords a cuatro victorias: si ganan los Nuggets serán por fin campeones; si ganan los Heat serán el primer octavo clasificado que se lleva el anillo.
Con todo, la liga debería olvidarse del confeti y centrarse en el juego. A pesar del teórico poco tirón mediático, el contenido puramente deportivo y el despliegue de talento sobre la pista será vibrante y de primera categoría. Unas Finales son unas Finales.